jueves, 21 de septiembre de 2023

Sobre el término geográfico y topónimo "boca" en los Montes de Toledo y los Montes de Ciudad Real, España.

 La palabra "boca" es polisémica, tanto como que nos podría sorprender la lectura de los significados y usos de este vocablo en el Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia Española en su edición de 1992, por ejemplo. Veremos así que ocupa más de una página completa ya que son muchas las expresiones y frases hechas que la utilizan. Sin embargo, el contenido es muy escueto, demasiado, en cuanto a los diferentes significados geográficos y toponímicos.  

Los diccionarios temáticos que he consultado prestan una desigual atención a esta palabra y vemos cómo algunos no la recogen.

Curiosamente la que más descriptiva y amplia nos ha resultado data del año 1796 y, en el sentido que buscábamos, dice:

"La boca ó entrada de las cordilleras ó montañas elevadas se denomina comunmente puerto; ..." (sic). 

De manera que la define indirectamente como "entrada de las cordilleras ó montañas elevadas". Dicha definición procede del interesantísimo "Diccionario de voces españolas geográficas" de la Real Academia de la Historia, publicado por la Editorial Aguilar, de forma facsimilar, el año 1990.

Sin embargo, en diccionarios mucho más especializados y recientes (ver Bibliografía) el término "boca" no consta con ese sentido de "entrada" entre sierras que tiene en los Montes de Toledo y, probablemente, en otros territorios españoles o, sencillamente, no aparece.

Lo cierto es que una "boca" en estos pueblos de los Montes de Toledo y de Ciudad Real (son dos comarcas geográficas contiguas diferentes, Montes de Toledo y Montes de Ciudad Real) es un accidente geográfico y paraje que se sitúa entre dos sierras que confluyen en ese punto, más o menos amplio, pero llano. 

Así, encontramos la Boca de la Torre, en Retuerta del Bullaque, la Boca del Guijo, la Boca del Camellar, y la Boca de los Carriles, entre El Robledo, Piedrabuena y Porzuna, y la Boca de Luciana entre Piedrabuena y Luciana o la Boca de Valsequillo, en Porzuna. También sabemos que da nombre a un camino, pero en plural, las Bocas de las Peralosas, también en Piedrabuena:

"Camino que sale del anterior (La Cabezuela), en el sitio del Pilar Nuevo denominado de Toledo hasta enlazar con el anterior, en el sitio de las Bocas de las Peralosas...3.300 metros."

Esta descripción procede de un documento mecanografiado y fotocopiado que me facilitó el ya tristemente fallecido, el guarnicionero y gran conocedor de Piedrabuena Vicente Rodríguez García-Sacedón: "Relación de los caminos, veredas y cordeles que existen en este termino municipal." (sic).

En Horcajo de los Montes lo hemos localizado en dos fuentes diferentes. Por un lado aparece en el Boletín Oficial de la Provincia de Ciudad de 30 de marzo de 1877, en la página 8, con motivo de un secuestro de un vecino de Horcajo de los Montes por varios bandoleros, entre los que aparece el bastante conocido Moraleda, de Retuerta del Bullaque. Y es que el acto delictivo tuvo lugar "...en el sitio denominado Boca de Poveda, término de dicha villa de Horcajo."(1) Pero también lo cita en este término municipal el geógrafo Jiménez de Gregorio: "...En este término (El Horcajo) se labra solamente la zona llamada Boca de la Torre..." (2)

Es interesante destacar que no siempre se corresponden las "bocas" con lugares de paso de ríos ya que en ocasiones se trata de amplias depresiones contiguas entre las que, a lo sumo, hay un ligero desnivel o la pequeña naciente de un arroyo. En algún texto encontramos el término "angostura" y "boquete" para referirse a alguno de estos lugares concretos sin que conste con precisión si se trata de un topónimo o de sinónimos.

Este topónimo de "boca" es bastante conocido y utilizado en estas tierras y aparece, a veces, cartografiado  y hasta como nombre de alguna calle. Es el caso de la Boca de la Torre, en Pueblonuevo del Bullaque. Parece lógico dado el carácter montañoso o serrano de estas comarcas.

Lo he encontrado también en un libro de Juan Goytisolo de 1961 "Campos de Níjar", en la segunda edición concretamente, en las páginas 90 y 94, "Boca de los Frailes": "Entre Boca de los Frailes y San José había media docena de minas de plomo y manganeso..." Es probablemente un topónimo y término geomorfológico frecuente en muchas partes de España.


Bibliografía:


DRAE (1992) Diccionario de la Lengua Española. Madrid.

GEORGE, Pierre (1991) "Diccionario de Geografía". Akal Ediciones. Madrid.

GONZÁLEZ BERNÁLDEZ, Fernando (1992) "Terminología popular de los humedales. Los paisajes del agua", J.M. Reyero, Editor. Madrid.

LUGO HUBP, José (1989) "Diccionario geomorfológico". Universidad Nacional Autónoma de México. México D.F.

MIRANDA CALVO, José (1988) "Evolución histórica de los puertos de los Montes de Toledo", en "Homenaje a Fernando Jiménez de Gregorio", Centro de Estudios de los Montes de Toledo y la Jara. Toledo.

REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA (1796) (Edic. fac. 1990) "Diccionario de voces españolas geográficas". Madrid.

TEJADA ÁLAMO, Guillermo (1994) "Vocabulario geomorfológico". Ediciones Akal, S.L. Madrid.

(1) BOPCR, 30 marzo 1877, pág. 8. Recopilado por Florentino Gutiérrez Fernández. Publicado en el Programa de Festejos de Horcajo de los Montes junio 2022.

(2) JIMÉNEZ DE GREGORIO, Fernando (1967) "La población en la zona suroccidental de los Montes de Toledo". En: Revista de Estudios Geográficos. Núm. 108: 319-355. Instituto Juan Sebastián Elcano-CSIC. Madrid. Compilación de Rafael Ubaldo Gosálvez Rey. 


Nombre de una calle en Pueblonuevo del Bullaque: Boca de la Torre.


sábado, 16 de septiembre de 2023

"Cuando canta la garlocha" un libro muy recomendable de José Fajardo Rodríguez.

 Acabo de leer el libro del doctor en Ciencia e Ingeniería Agrarias don José Fajardo Rodríguez "Cuando canta la garlocha. El conocimiento tradicional sobre la naturaleza". La edición ha corrido a cargo de Alalimón Creaciones. Las ilustraciones son de Aneta Tarmokas.

El el prólogo el también doctor don Alonso Verde López nos aclara que el autor lleva más de veinticinco años "recorriendo sierras, collaos, vallejos, cañadas, lagunas, lavajos, vegas y muchos de los pueblos, cortijos, quinterías y aldeas de las cinco provincias" de Castilla-La Mancha. Y así, esas tierras y las muchas personas entrevistadas han dejado su huella en este hermoso trabajo, a medio camino entre la investigación y la divulgación. Cada capítulo, cada historia, cada breve relato condensa esas vivencias en busca de un conocimiento que se nos escapa a mayor velocidad de lo que podemos pensar. En estas líneas hay efectivamente conocimientos, sabiduría, vivencias pero escritas desde la cercanía, la admiración, con unos toques muy acertados de crítica y la "miajita" de humor, que siempre viene bien. El texto es en prosa pero tiene en muchos pasajes la fuerza de la poesía, del sentimiento, del latir cercano de muchos corazones que dejaron sus recuerdos en tan buenas manos.

Personalmente siento que falta mucho por contar, puesto que uno se queda con ganas de leer más y más y descubrir esas formas de tantas gentes de tantos pueblos y aldeas de relacionarse durante decenios o siglos con el Entorno. 

La lectura se hace agradable, ágil y directa, con una riqueza de vocabulario impactante. Esa ingente cantidad de términos vernáculos la podemos consultar en el glosario final, aunque muchas veces no es necesario porque el autor nos va aclarando su significado en el texto.

La etnobiología, en general y la etnobotánica, en particular, se nos presentan aquí de una forma atractiva, cercana, muy humana y motivadora y nos trasladan a escenarios, cercanos o lejanos, con unos actores sencillos que se convierten en los verdaderos protagonistas de estos relatos. 

Además de los sencillos y hermosos dibujos de Aneta Tarmokas esta obra está ilustrada con una buena colección de fotografías antiguas, siempre debidamente documentadas, así como con fotografías también muy hermosas de los diferentes aspectos tratados. Son varios los autores de las fotografías pero mayoritariamente pertenecen a Carmen Fuentes Escribano.

Para concluir, recomiendo la lectura de este hermoso libro, escrito por José Fajardo Rodríguez pero con las voces de tantos y tantos paisanos y paisanas, de garlochas, de golondrinas, de arroyos y con el alma de tantas plantas y, como nos dice varias veces el autor, también de las piedras de nuestra hermosa tierra.



Benito Laguna, de Piedrabuena, Ciudad Real, recogiendo plantas aromáticas para su cruz. 3 de mayo de 2022.



Me estoy acordando, 3. La desecación de nuestros ríos era, decían en 1975, compatible con la conservación de la Naturaleza.

 Leyendo algunos textos de 1975 sobre el llamado "saneamiento del Guadiana" me ha vuelto a llamar la atención la afirmación de que esas obras eran compatibles con la conservación de la Naturaleza. Hoy, ya en el año 2023, vemos esos muchos miles de hectáreas desecadas, prácticamente inermes, rodeadas de campos de cultivo mayoritariamente intensivo y de regadío. Sí, tenemos muchos Espacios Naturales Protegidos, sobre todo, sobre el papel. Para algunas personas son demasiados, ¡qué curioso! Pero ¿de qué sirve proteger un humedal si no hacemos posible que tenga agua en un régimen lo más parecido al natural? No, no es que no llueva como antes y tampoco es el Cambio Climático, es que se alteraron los cauces, por decirlo suavemente y se extrae mucha más agua de la que se debería para, en un buen número de casos, generar productos excedentarios que, en ocasiones, sólo servirán para "jugar" con los precios, léase, especular y crear ganancias extraordinarias. Ver miles y miles de kilos de cebollas, que han sido regadas generosamente con esas aguas que no han podido aflorar a la superficie, tiradas en mitad del campo me hace preguntarme por conceptos supuestamente muy elementales como "desarrollo" o "progreso". 

Me vienen a la memoria las escenas de mi infancia de ranas, de miles de aves acuáticas en las vegas encharcadas de La Madre Chica y del Gigüela y del primer día que, con mi hermano y mis primos vimos bigotudos...y vuelvo a leer esas palabras, coartadas o burdas mentiras, falsas promesas, y a recorrer estos terrenos yermos y me doy cuenta de cuán grandes son las justificaciones que utilizamos para tranquilizarnos.

Cuando hablo de estos temas me suelo llevar buenas críticas y reprimendas. Por ejemplo, me dicen que la gente tiene derecho a comer, que no tengo ni idea, que si quiero que volvamos a ir en carreta y otras lindezas por el estilo. Otras personas me dicen que hay un "lobby" ecologista muy potente, que no se puede hacer nada en el campo, que todo está prohibido, que nos van a arruinar con tantas leyes ecologistas...

Pero vuelvo al río Gigüela y está seco. Bueno, era un río estacional pero ahora más parece comportarse como esos otros a los que se les llama "los ríos invisibles", es decir, las ramblas, pero sin pendiente. Y me acerco a los Ojos del Guadiana y a sus decenas de kilómetros, que no eran estacionales, y están peor que el Gigüela. Efectivamente aquellas iniciativas y casi todo lo que vino después no ha supuesto esa compatibilización con la Conservación de la Naturaleza de la que se hablaba en 1975... y hoy en día.

domingo, 10 de septiembre de 2023

Neotopónimos, o cómo vamos nombrando los lugares a lo largo del tiempo.

 Los topónimos son las palabras que usamos para nombrar los lugares, los accidentes del relieve o las divisiones naturales o administrativas. Algunos tienen siglos y siguen siendo utilizados. Otros son más recientes, tres, dos, un siglo hacia atrás. Pero también los hay contemporáneos y hasta actuales. Así, basta con comparar determinadas denominaciones concretas para percibir esos cambios. A veces una construcción humana de cualquier tipo viene a poner nuevas palabras en el mapa, en diferentes documentos y en el habla de un pueblo o ciudad. 

Para el caso de Villarrubia de los Ojos, Ciudad Real, podemos citar algunos ejemplos muy expresivos. "Puente Hierro" se sitúa en el río Gigüela y fue construido a finales de los años sesenta y principios de los setenta. Su nombre está muy extendido, como "las Pozas de los Alpargateros" que fueron socavones creados para la extracción de arena por miembros de la familia Medina, que reciben este apodo. "El Butano" es otro paraje muy concreto, situado a unos dos kilómetros del casco urbano en la carretera de Fuente el Fresno. Allí se construyó un almacén para el gas butano en los primeros años setenta del siglo XX, y allí sigue, como punto de referencia, por debajo de la Cañada de Morales o, simplemente, Morales, topónimos más antiguas.

Hay bastantes casos más pero lo que ha motivado que escriba esta entrada y que publique un vídeo en Tik tok es el haber pasado por el Camino de Ciudad Real y haber vuelto a ver una casa con un  rótulo bien grande que dice "La Casa de la Pradera". Lleva allí unos treinta y cinco o cuarenta años y ya hay personas que utilizamos ese nombre como punto concreto. La Casa de la Pradera es una propiedad privada que está lindando con el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, en el paraje conocido como El Chaparrillo, una antigua dehesa que se desamortizó, parceló, descuajó y cultivó a finales del siglo XIX. Desconozco si influyó en la elección de este topónimo la serie de televisión del mismo nombre de 1974.

Hay otros ejemplos muy parecidos como el de "El Rancho Grande", también en las cercanías del Parque Nacional. Entiendo que se trata de neotopónimos cuya pervivencia y validez documental desconocemos.








Hoy, 10 de septiembre de 2023, ha sido atropellado un gato montés (Felis silvestris) en Villarrubia de los Ojos, Ciudad Real.

 Hoy, 10 de septiembre de 2023, ha sido atropellado un gato montés (Felis silvestris) en Villarrubia de los Ojos, Ciudad Real. Ha sido localizado a las ocho de la mañana en las cercanías del casco urbano, en la carretera de circunvalación, junto al puente del camino del Molino de Griñón. El hábitat presenta cultivos de viñedo, cereal y barbecho y está muy cerca del río Gigüela y el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel y Villarrubia de los Ojos.

En estos casos es recomendable retirar el animal a la cuneta para no generar posibles accidentes o más atropellos de fauna siempre que se pueda dejar el coche fuera de todo peligro. Además personalmente recomiendo hacer fotografías, observar el entorno y aportar la información a plataformas o asociaciones de Ciencia Ciudadana. Así se consigue conocer mejor la presencia o ausencia de especies y, en ocasiones, detectar los llamados "puntos negros" para poder solucionar el problema. Para el caso de Ciudad Real la Sociedad de Historia Natural de Ciudad Real tiene una aplicación muy sencilla, rápida e intuitiva especialmente diseñada para mamíferos aunque también se pueden subir especies de otras clases como aves, anfibios o reptiles.




Las carencias del alcantarillado y los efectos de la gota fría o "dana" de primeros de septiembre de 2023 en Villarrubia de los Ojos, Ciudad Real, por ejemplo.

 El pasado fin de semana, 2 y 3 de septiembre de 2023 una "dana"  (D.A.N.A.) o gota fría recorrió buena parte del territorio peninsular con desigual fuerza y efectos. Parece ser que ha habido cinco muertos y algunos desaparecidos, por el momento, así como cuantiosos daños económicos. No debemos olvidar los muchos beneficios que aportan estas considerables precipitaciones, pero de este aspecto se habla mucho menos. 

Como suele ser habitual los llamados medios de comunicación de masas le han dado un tratamiento muy desigual primando, mayoritariamente, la magnificación y la trivialización. También se han producido situaciones dantescas de faltas a la verdad, obviando, por ejemplo, las víctimas mortales. Sigue siendo imprescindible hablar de las causas que provocan esas inundaciones, esos daños, esos fallecimientos que, generalmente, no tienen nada que ver con las abundantes o muy copiosas precipitaciones sino con factores antrópicos.

El lenguaje utilizado en algunas cadenas de televisión es excesivamente expresivo y, consiguientemente, falso. Así, decir que "la dana arrasa parte de España" o que la "paraliza" no se corresponde con la realidad.

Las situaciones vividas en España han sido muy variadas y las predicciones se han cumplido, como es normal,  en unos casos y no en otros. 

En Villarrubia de los Ojos se anunciaban unas precipitaciones de unos cuarenta litros por metro cuadrado. Parece ser que las mediciones de diferentes personas y de diferentes lugares difieren incluso hasta el cincuenta por ciento. Así, tenemos diecisiete litros recogidos en La Rinconada por Ramón Crespo Villegas, a unos siete kilómetros del casco urbano, hacia el Sur, frente a los, veinticuatro, treinta y treinta y cinco en otros puntos no concretados. 

Un tramo de la Avenida Cristo Rey se volvió a inundar, como ya lo hizo hace un par de meses. Allí confluye la calle Doctor Chocano justo por donde pasaba el Arroyo de la Janda, hoy entubado con insuficiente capacidad de drenaje. Además, los rejillos tampoco tienen la capacidad necesaria y esa inexplicable costumbre de ir añadiendo alquitrán a las calles hace el resto. Lo cierto es que tuvo que ser un vecino el que cortara la calle con contenedores de basura para evitar que con el tráfico de vehículos subiera aún más el nivel del agua, como ha pasado en otras ocasiones.

En las tuberías del alcantarillado se volvió a producir el mismo efecto de saturación e incapacidad de evacuar tanta agua, generando roturas y salidas no deseadas y perjudiciales para los cultivos y propiedades privadas. Así ocurrió en El Barquillo, junto a la carretera de circunvalación antigua, hoy, Avenida del Caz. Igualmente se repitió el fenómeno en el Camino de Griñón, junto a La Madre Chica.

Debemos recordar que la red de alcantarillado se hizo hace unos cincuenta años, siendo alcalde don Lucio Villegas Juárez. Hoy, en agosto de 2023, el casco urbano es considerablemente mayor y este sistema de evacuación necesita primero un estudio y después una adecuación a las necesidades actuales.

En el campo no se han producido daños, que sepamos, y apenas se veían algunos charcos aislados en lugares muy concretos sin pendiente o similares. 









martes, 5 de septiembre de 2023

Destruidas unas lindes del Camino del Nuevo en Villarrubia de los Ojos por el Ayuntamiento.

 El Camino del Nuevo, en Villarrubia de los Ojos, Ciudad Real, parte del Camino de Griñón y va, en dirección sur, hacia Daimiel. Se une al Camino de la Casa del Escribano (según el mapa topográfico nacional escala 1:50.000 nº 760 del IGN, edición de 2007), poco antes de llegar al Molino del Nuevo, sobre el río Guadiana, ya en el término municipal de Daimiel. 

Es (o era) uno de los caminos más hermosos e interesantes del término municipal, no exento de problemas y de impactos ambientales. No es este camino uno de los más transitados y transcurre entre campos de cultivo, en pequeñas y medianas parcelas. Atraviesa, por ejemplo, el paleocauce del río Gigüela, Una de las características más interesantes y valiosas ambiental y paisajísticamente de este camino era que, en un tramo de un kilómetro, aproximadamente, se encajaba entre dos lindes de un metro o algo más de altura, correspondientes al nivel de esas tierras en ese tramo. Y esas lindes tenían vegetación arbórea, arbustiva y herbácea, numerosos cantos y bloques de piedra caliza y, lógicamente, eran refugios de abundante fauna estrictamente protegida por la ley.

Y todo eso ha sido destruido porque se ha ensanchado el camino con una máquina, desmontando esos lindazos, arrancando la vegetación y removiendo la tierra y las piedras. Curiosa y sorprendentemente no se ha contado con los propietarios a los que, sin previo aviso y sin su consentimiento, se les arrebata una parte de sus tierras. Todo parece indicar que la obra ha sido llevada a cabo por el Ayuntamiento de Villarrubia de los Ojos, en manos del Partido Popular y Vox. 

Desde que se inició la legislatura hemos visto cómo se iban limpiando cunetas y arreglando algunos tramos de caminos, como el la Cruz de la Lamparilla. En términos generales parece una buena acción pero, en el caso que nos ocupa, se trata, en mi modesta opinión, de un error y un destrozo natural sin justificación. Si hubiera verdadera necesidad había otras opciones mucho menos agresivas y destructivas y más económicas, por cierto. 

Para terminar, Villarrubia de los Ojos tiene unos valores ambientales, paisajísticos, arqueológicos, etnográficos y patrimoniales extraordinarios pero cada día que pasa los vamos perdiendo a pasos agigantados. Este paraje "Del Nuevo" era una preciosidad, hoy destruida. Esperemos que sea el último.







domingo, 3 de septiembre de 2023

Me estoy acordando, 2: Una pareja de científicos atascados en la vega de Villarrubia de los Ojos a finales de los años sesenta

 Era 1968 o 1969. Yo tenía unos seis o siete años cuando mi padre (qepd) al llegar a casa a comer nos dijo que se había enterado de que había un hombre y una mujer, dos científicos, que se habían quedado atascados con un "lanrover" en la vega, muy cerca de una de nuestras fincas llamada El Romano. Tenían que ir Máximo (qepd), el tractorista, a sacarlos con el Barreiros. Mi hermano Manuel y yo estuvimos dándole vueltas al tema. Sabíamos dónde estaban. No había peligro alguno., Sabíamos montar en bicicleta aunque esa sería nuestra primera escapada a un lugar tan lejano, a dos kilómetros del pueblo. Pensamos que quizás nuestros padres se podrían enfadar pero resultaba tan curiosa y atractiva la situación que nos fuimos para allá.

Y allí nos plantamos, por ese camino polvoriento y mágico. Cuando llegamos mi padre se sorprendió mucho pero creo que se alegró de vernos allí. Ya estaba el vehículo en el camino, junto al tractor y se estaban despidiendo de la pareja en cuestión. Eran jóvenes con aspecto de...de...científicos un poco "jipis", creo recordar. Nos saludaron con sorpresa y nos hicieron algunas preguntas. Mi padre les dijo que me gustaban mucho mucho los animales. Nos regalaron un fragmento de yeso fibroso que habían encontrado por la zona de Portugal. Su incursión por esos terrenos pantanosos que habían estado encharcados hasta hacía poco tiempo, saliéndose del camino,  estaba motivada por la búsqueda también de yeso cristalizado. Creo que eran geólogos pero no estoy seguro. Todos estos detalles los tengo muy borrosos en mi memoria. Quedaron en enviarnos algún regalo ya que mi padre no les quiso cobrar nada por el servicio prestado pero no recuerdo si llegó algo.

Para mí fue una experiencia muy interesante por lo que tuvo de emancipatoria y porque yo quería ser zoólogo, o biólogo o algo parecido a aquellas dos personas. Cuando al cabo de unos años me encontré con las maclas de yeso muy cerca de allí, en el río Gigüela, en "La Puente el Conde", recordé aquel suceso de mi infancia y pensé que quizás fuera eso lo que buscaban esos científicos.

Las maclas de yeso del río Gigüela, en Villarrubia de los Ojos, Ciudad Real.

 Las maclas son formaciones de cristales de diferentes materiales naturales. Cuando yo era jovencillo comencé a ver maclas de yeso en la cibanca (o con uve, civanca, orilla o ribera) del río Gigüela en Villarrubia de los Ojos, Ciudad Real. Eran pequeñas, de unos cuatro o cinco centímetros de lado más grande y tenían una coloración parduzca por fuera. Si se partían o estaban rotas se observaban las pequeñas capas y se rayan con la uña. Esas capas son ligeramente  translúcidas. Casi siempre estaban semienterradas en esa tierra blanquecina y yesosa. 

Como el cauce del río había sido modificado recientemente con el encauzamiento para conseguir la desecación de estas vegas y su puesta en cultivo las maclas aparecían más en los montones de tierra que había en algunas zonas adyacentes al lecho del río, paralelas y perpendiculares. 

Para mí fue todo un descubrimiento pero no pareció interesar a nadie -así lo recuerdo, después de casi cincuenta años- a pesar de su belleza y "rareza", a ojos de un amante de la Naturaleza. Creo que ese mismo año o quizás algo más tarde, mostré mi pequeño tesoro a algún profesor del internado en el que estudiaba y me dio algunas explicaciones. Durante años visitaba muy frecuentemente -en verano, prácticamente todos los días- esos lugares tan mágicos y ricos de vida, incluso después de las transformaciones tan profundas que venían sucediéndose. A lo largo del tiempo fui buscando información sobre estos temas y encontré en otros lugares yeso cristalizado en láminas, por ejemplo. 

Lo cierto es que esos pequeños cristales de yeso en maclas están asociados a mi infancia y juventud, a mis deseos de conocer el Entorno y a mi fascinación por la Naturaleza pero también a esas obras de "saneamiento" en virtud de la ley correspondiente de julio de 1956. 

Aquellas maclas de yeso, como tantos otros fenómenos y elementos naturales, en mi mente, están unidos a un sentimiento extraño, incierto, confuso, impreciso que me resulta complicado desgranar. Yo no terminaba de entender el escaso o nulo interés que suscitaban estos hallazgos, estos materiales llenos de belleza, misterio y lecciones de todo tipo. Con el tiempo leí algo sobre las inteligencias múltiples de Howard Gardner y, de alguna manera, encontré respuestas a preguntas que estaban en mi sala de espera mental. De pronto me pareció entender muchas situaciones de mi vida pero también de mi alumnado. Así, las maclas de yeso del río Gigüela siguen siendo joyas en mi memoria, verdaderas piedras preciosas sin valor económico alguno pero, piedras preciosas al fin y al cabo.


Los nenúfares de la provincia de Ciudad Real, veinticinco años después del "Proyecto Nenúfar", septiembre de 2023.

 El año 1998 pusimos en marcha una iniciativa a la que llamamos "Proyecto Nenúfar" desde el Grupo Ecologista Cantueso de Piedrabuena, Ciudad Real, en colaboración con el Centro de Profesores y recursos "Pintor Ortega" de Alcoba de los Montes y la Asociación para la Recuperación del Bosque Autóctono, ARBA, de ámbito nacional. Seguíamos, de alguna manera, las propuestas del etnobotánico Dr. Emilio Blanco Laguna que, el año anterior, había puesto de manifiesto los peligros que acuciaban a estas plantas y las carencias que presentaba la legislación ambiental, en general, y el borrador del decreto de Especies amenazadas de Castilla-La Mancha, en particular. Sus palabras fueron noticia en la prensa provincial gracias a Aníbal de la Beldad Caro que publicó un artículo en el diario Lanza el día 19 de mayo de 1997.

Se trataba, por un lado, de hacer un estudio de las poblaciones de nenúfares blancos y amarillos que había en la provincia de Ciudad Real, comparando los datos con las citas de fechas anteriores. Además, se pedía la protección de determinados espacios en los que estas plantas acuáticas, junto con otras muchas, eran abundantes. 

También tenía el proyecto una dimensión educativa, tanto formal como no formal. Aparecieron varias noticias en la prensa, en la radio y en la televisión. Colaboraron algunas personas, incluyendo agentes medioambientales y personal de la administración. 

Las citas de nenúfares que conseguimos se facilitaron a la Delegación Provincial de Medio Ambiente (no recuerdo la denominación oficial en aquel momento). Resultaba evidente que en determinados ríos y humedales los nenúfares habían desaparecido desde hacía varias décadas. El ejemplo más flagrante era el de los Ojos del Guadiana y el río Guadiana hasta Luciana, aproximadamente. El río Bullaque presentaba unas poblaciones muy extensas pero los habitantes de la cuenca que tenían un conocimiento anterior confirmaban que en algunos lugares, como en la Tabla de la Yedra, en Piedrabuena, y en otros parajes cercanos, había menos nenúfares blancos que en tiempos recientes.

Los coordinadores de aquel proyecto éramos un botánico y dos maestros, a saber: el doctor Emilio Blanco Laguna y José María Acevedo y el que estas líneas escribe, Francisco Zamora Soria. Contábamos con los miembros del Grupo Cantueso y la colaboración de amigos y conocidos y con otro botánico, el doctor Francisco José Sarrión Torres

Hicimos, por ejemplo, algunas mediciones de la que probablemente era la mayor colonia de Ciudad Real, la de las Casas del Río, que arrojó una extensión sorprendente para nosotros, con 14.500 metros cuadrados aproximadamente. También iniciamos mediciones del número de nenúfares por metro cuadrado pero los resultados no fueron concluyentes.

En unos años la legislación ambiental se fue ampliando y el río Bullaque fue declarado LIC, por ejemplo y los nenúfares se incluyeron en los catálogos correspondientes de flora protegida. 

Pero, pasados veinticinco años desde aquel "Proyecto Nenúfar", hoy, en septiembre de 2023, cabe preguntarnos en qué situación se encuentran estas plantas y estos ríos en la provincia de Ciudad Real.

Contamos con un trabajo académico de 2014 de los doctores Rafael Ubaldo Gosálvez Rey y Tomás Flores Polanco que, utilizando las fotografías aéreas desde 1956 hasta nuestros días, estudiaron la evolución de las colonias de nenúfares. 

Además, una asociación conquense, Gemosclera, Asociación para la difusión del conocimiento de los humedales y su conservación, colabora con la JCCM en la protección del nenúfar blanco en Castilla-La Mancha desde el año 2016. En 2021 retomaron sus acciones para la recuperación de esta planta. También en los últimos años se ha formado una Asociación llamada "Bullaque Vivo" en los pueblos de la cuenca de dicho río.

Es de suponer que la administración regional y otras personas a título profesional, grupal o institucional han venido estudiando y trabajando este preocupante tema. Lo cierto es que aquellas poblaciones de nenúfares de mediados del siglo XX hacia atrás no se han vuelto a recuperar y otras más recientes, ya incluso en el siglo XXI, están en franco retroceso o ya han desaparecido. ¿Qué causas han provocado esta situación? En algunos casos, como en los Ojos del Guadiana, es evidente, la sobrexplotación del acuífero pero ¿y en el río Bullaque en el término de Piedrabuena? Contrasta fuertemente la escasísima presencia de nenúfares blancos en Piedrabuena frente a las colonias del municipio de Porzuna, contiguo y aguas arriba del anterior.

También me sorprende que se siga ignorando la presencia de otras colonias en otros ríos provinciales aunque entiendo que puede deberse a desconocimiento. No es este el momento de aportar más datos al respecto. 

Desde luego los nenúfares son quizás las plantas acuáticas más vistosas y llamativas que tenemos en esta provincia del centro peninsular. Su proceso de deterioro debería hacernos reflexionar, estudiar y actuar. La situación actual y el trato que estamos dando a nuestros ríos y humedales no parece ser el adecuado y a la vista está, a pesar de los loables avances que estamos viviendo en los últimos decenios. Sin embargo es muy probable que los mismos nos oculten la realidad, no siempre complaciente.



Vista parcial de la gran colonia de nenúfares blancos (Nymphaea alba) en el río Bullaque, en Las Casas del Río, Porzuna, Ciudad Real, España. La fotografía es del día 29 de agosto de 2023.







El planteamiento de los mil puntos y otras opciones para evaluar situaciones de la vida cotidiana.

 Hace tiempo supe que en determinadas pruebas de evaluación se debía contestar a mil preguntas y, dependiendo de los casos, el "aprobado" no se materializaba necesariamente con la obtención del cincuenta por ciento contestado correctamente. Además, siguiendo el criterio de las llamadas "pruebas objetivas", se da el caso de la pérdida de puntos al contestar erróneamente a determinadas cuestiones o a dejarlas en blanco. Sin embargo en nuestro sistema educativo se usa de forma generalizada el formato de diez puntos y sus correspondientes términos y conceptos (suspenso o insuficiente, aprobado, bien, notable...) para expresar esa puntuación.

Y aplicando a situaciones de la vida cotidiana ese planteamiento de los mil puntos y de la posible pérdida de algunos ante el error me surgieron ideas muy curiosas. Así, interiorizando esta forma de evaluar me daba cuenta de carencias, defectos, errores, vacíos, "suspensos" o "necesita mejorar", usando la expresión de la LOGSE, propios y ajenos pero, sobre todo, de determinados aspectos del mundo en el que vivo. Me sirvió y me sirve esta pequeña y personal herramienta que no ha pasado de lo mental para intentar ser más objetivo, para relativizar y para, de alguna manera, mejorar mis procesos de aprendizaje, de valoración, de evaluación y de expresión. Nunca he escrito mil preguntas, ítems o aspectos de ningún tema pero el mero ejemplo puede sernos muy útil  en nuestras vidas.