domingo, 12 de febrero de 2017

Incendio en los Ojuelos del río Gigüela: continúa la destrucción intencionadamente.


Los Ojuelos de Villarrubia de los Ojos eran afloramientos de agua que se producían en el paleocauce del río Gigüela. Tras la desecación, el encauzamiento del río y la extracción masiva de aguas subterráneas, estos manantiales desaparecieron.
A finales del año 2015 y enero de 2016 varios vecinos de Villarrubia de los Ojos comprobaron que el nivel del agua estaba subiendo y afloraba en diferentes puntos.
Todo parecía indicar que ese fenómeno se había producido bastante tiempo antes, a juzgar por la vegetación acuática que se podía observar allí y por las marcas del agua en algunos puntos y en árboles que había en esos enclaves.
El agua se mantuvo en varios puntos hasta bien entrado el verano pero la campaña de riego junto con la escasez de precipitaciones propiciaron el descenso de los niveles piezométricos.
En los primeros días de enero de 2017 se supo que el agua estaba aflorando de nuevo – a los pocos días de hacerlo en el río Guadiana, en Zuacorta- aunque con menos agua que el año pasado por las mismas fechas.
Desde diferentes instancias ya se ha informado en repetidas ocasiones que se trata de una zona de altísimos valores ambientales, patrimoniales y paisajísticos y que se estaban produciendo actividades de todo tipo incompatibles con la conservación.
El deterioro continúa y se ha detectado un incendio en uno de los enclaves más interesantes y ricos desde el punto de vista vegetal, así como la puesta en cultivo de parcelas públicas donde había especies de flora protegida presentes en este espacio y catalogadas en peligro de extinción como el Lepidium cardamines, Senecio auricula o el Cladium mariscus (hábitat prioritario  de la Directiva 92/43/CEE) entre otras.
En los Ojuelos hay diferentes endemismos animales y vegetales que ya de por sí deberían suponer un mayor control y la protección adecuada, sin contar las muy importantes formaciones geomorfológicas -como las dunas eólicas que también siguen sufriendo alteraciones, extracciones e impactos- (pastizales psammofilos, hábitat de protección especial) e hidrogeológicas que allí se dan.
Desde diferentes asociaciones ecologistas y científicas se viene pidiendo a todas las instituciones mayor atención a este espacio natural de gran valor ambiental.
Todo parece indicar que el incendio se produjo ayer, 21 de enero de 2017, de forma intencionada, no siendo la primera vez que ocurre. Sin embargo en esta ocasión el atentado reviste mayor gravedad por haberse producido después de haber sido puesto en conocimiento de la opinión pública y de las instituciones la valía de estos paisajes, su fragilidad y los riesgos y problemas que se dan, durante el año 2016, con diferentes publicaciones de notas de prensa, artículos y reportajes en diferentes medios de comunicación.