viernes, 25 de mayo de 2018

La charca se recupera, cuando ya apenas quedaban unos centímetros cuadrados con agua.

Ayer, 24 de mayo de 2018, jueves, volví a visitar las charcas que vengo siguiendo. Había llovido algo y ya llevaba unos días sin acercarme. Prácticamente no quedaban más que unos centímetros cuadrados de agua muy turbia, con el color de la tierra, en unos cuantos puntos.
Los sapillos corredores (Epidalea calamita) abundan y se desplazan por doquier, como a tirones, dejando bien claro de dónde les viene el nombre. Se ven abundantes insectos voladores, himenópteros fundamentalmente, pero también varias especies de lepidópteros, osea, mariposas.
En uno de los charcos no veo actividad de renacuajos ni de otros animales, a simple vista. Si se ven moscas de las que se paran sobre la superficie del agua y varias especies diferentes de abejas, moscas y otros grupos que no conozco.
En otro charco solo queda barro, con consistencia de cuero, que ha sido modelado por las enormes ruedas traseras de un tractoraco de esos que ahora proliferan. El resto apenas si recuerda lo que fué hace apenas una semana. Alguna huella y poco más.
En el charcón grande, que en realidad es una laguna, ayer había un pequeño charco de medio metro cuadrado distribuido longitudinalmente, en lo que se adivina que fue un surco del arado. Se ve otro más grande pero alejado y en terreno de difícil acceso. En el pequeño charco el agua es muy turbia, tanto como para no tener la apariencia más que de barro. Se ven unos renacuajos muy grandes que se mueven bruscamente. Tienen un precioso color dorado en la parte superior. Alguno está apoyado en la orilla, junto a una piedra. Otros parecen competir para llegar también a la orilla. El mayor tiene ya las cuatro patas desarrolladas pero con una cola enorme que supera la longitud del cuerpo. Son ejemplares de sapo de espuelas ya al límite de la metamorfosis, a punto de abandonar el agua. Uno de ellos tiene una parte del cuerpo, por encima y por debajo, cubierta de las pequeñas conchas de concostráceos. Me parecían parásitos pero creo que se trata de los mencionados branquiópodos. No acierto a ver si están vivos o muertos. 
En el mismo espacio se ven muchos concostráceos pero no los veo moverse. Tienen un color marrón claro. Se ven algunos zapateros (Gerris sp?) de mediano tamaño y también pequeños ejemplares de "notonectas".
Esta mañana el aspecto ya había vuelto a cambiar por completo con las abundantes lluvias de la noche. Vuelve a haber mucha agua, y sigue lloviendo. Es posible que al menos los sapos corredores vuelvan a poner sus huevos, aunque, en el momento que apriete el sol, ya de finales de mayo, el agua desaparezca rápidamente

domingo, 20 de mayo de 2018

Celebradas las primeras Jornadas de Historia de "Oretum Germanorum" de Granátula de Calatrava, Ciudad Real.

Ayer y hoy se están celebrando las primeras Jornadas de Historia de Granátula de Calatrava, Ciudad Real. Se ha tratado de un conjunto muy rico de actividades educativas, culturales, lúdicas, deportivas, artísticas y convivenciales muy interesantes.
La iniciativa partió del colegio del municipio y ha sido puesta en práctica gracias, además del colegio de Infantil y Primaria, a la asociación de madres y padres, del ayuntamiento y de otras asociaciones y empresas. Ha sido fundamental el liderazgo del director del colegio, don Francisco Muñoz, que lleva ya mucho tiempo dinamizando la vida del municipio, innovando e interaccionando con el Entorno y la comunidad científica.

Entre las muchas actividades destacamos el homenaje a un personaje romano que hizo posible la construcción del puente sobre el río Jabalón, "Baebio", Publio Baebio Venusto, a finales del siglo I y principios del II después de Cristo. Numerosas personas del pueblo se han vestido de romanos y romanas y han escenificado la inauguración del puente. 
Posteriormente, de las autoridades presentes, el alcalde del pueblo y el director provincial de Educación. dirigieron unas palabras al público, con intérprete de lenguaje de signos también. A continuación la rondalla de Granátula interpretó magistral y emotivamente una pieza escrita y compuesta para la ocasión.

Esta mañana las actividades han sido muy variadas pero nos detendremos en la visita guiada al yacimiento de Zuqueca-Oreto en la que han participado un buen grupo de personas. La introducción ha corrido a cargo del profesor universitario y arqueólogo el doctor José Sánchez Meseguer, que, simulando ser Aurelius Bicentius, un prelado del siglo IV que yace allí enterrado bajo un precioso mosaico, ha presentado el conjunto natural y arqueológico tan rico. 
Posteriormente, en grupos, se ha iniciado la visita guiada, contando con tres grandes conocedores, como son el propio Sánchez Meseguer, la arqueóloga Helena Romero Salas y José Manuel, guía de yacimiento y del volcán de Cerro Gordo.
La primera idea que se puede sacar al iniciar la visita de tan excepcional lugar es negativa y produce pena, dolor y algo de vergüenza: abandono prácticamente total desde la última excavación de 2009. Sabemos las dificultades por las que pasamos pero...
La segunda es que se trata de un yacimiento alucinante, extraordinario, enorme, difícil de ver y de entender si no se cuenta con guías tan buenos.
La tercera es que, de pronto, se entiende mucho mejor la gran iniciativa que está siendo y suponiendo esta actividad que ha partido de un pequeño colegio público, con una dimensión educativa, didáctica, divulgativa y que quiere salir de las cuatro paredes del aula para que su alumnado viva, interaccione, participe, colabore, y protagonice unos aprendizajes enraizados en su tierra, su historia y su cultura.
La cuarta nos pone de manifiesto el gran trabajo realizado hasta ahora por los arqueólogos y por un gran número de personas e instituciones y, a la vez, va dejando claro lo mucho que queda por hacer y que se paralizó por la crisis económica.
Siguiendo con la enumeración, la quinta idea es que el de Oreto-Zuqueca es un yacimiento muy, muy interesante, complejo, en el que las diferentes culturas y pueblos se han ido superponiendo y que su conservación, estudio, divulgación, implicación de las vecinas y vecinos y de todas las instituciones es de vital importancia, y reportará muchos beneficios de todo tipo.

Las actividades seguían con carreras de bicicleta de montaña, tiro con arco, mercadillo de productos del pueblo y de artesanía, exhibición de cetrería local, carrera de bicis infantil (con adaptación de las bicicletas como si fueran caballos), concurso de Fotografía y otras tantas.
Todo tiene el sabor de lo auténtico, la pátina del pueblo, Granátula de Calatrava y de la participación de vecinas y vecinos de todas las edades. En fin, unas jornadas que han puesto de manifiesto lo bien que salen las cosas cuando se hacen con tanto cariño, tanto trabajo, tantas ganas y tanta gente colaborando.
Por cierto, se ha visto la colaboración de las instituciones como el ayuntamiento, la guardería rural, la Guardia Civil, Protección Civil la Diputación Provincial -allí estuvo ayer uno de los diputados, Miguel Ángel Martínez-, la Delegación Provincial de Educación de la JCCM de Ciudad Real, con el delegado provincial, Francisco Navarro, que dijo unas acertadas palabras, y el director de Deportes, Luis García-Morato, la rondalla y un buen número de empresas y artesanos. ¡Enhorabuena a todas y todos y, muy especialmente, al director del colegio, Paco Muñoz!


 Paisanos de Granátula de Calatrava con vestimenta de militares romanos, en el homenaje a Baebio e inauguración del nuevo puente sobre el río Jabalón.
 Vestidos de romanos poco antes del acto en recuerdo de Baebio, artífice de la construcción del puente romano sobre el río Jabalón.
 Cartel del yacimiento arqueológico de Oreto-Zuqueca, declarado Bien de Interés Cultural en 1994. No se ha vuelto a excavar desde 2009 y el estado de conservación es muy mejorable.

A la derecha, el arqueólogo e historiador, el doctor José Sánchez Meseguer, con el guía del yacimiento de Oreto-Zuqueca, José Manuel, vestido de romano para la ocasión.

viernes, 18 de mayo de 2018

Publicado en el diario La Tribuna de Ciudad Real mi artículo sobre las sanguijuelas de Piedrabuena.

El pasado domingo, 13 de mayo de 2018 el diario La Tribuna de Ciudad Real publicó una parte de mi artículo sobre las sanguijuelas. Hace ya unos días desde que les envié mi escrito con una fotografía pidiendo que me lo publicaran como colaboración. En primer lugar agradezco a La Tribuna la publicación. Me hubiera parecido más lógico no publicar mi escrito como "Carta al director" ya que no lo es, sino como un artículo firmado, en alguna otra sección, o bien como noticia. También hubiera preferido que no se hubiera suprimido la mitad aproximadamente de mi trabajo, concretamente todo lo que hace referencia a citas bibliográficas, que son las que dan "cuerpo" y sentido al texto. De cualquier manera, reitero mi agradecimiento a La Tribuna de Ciudad Real.

jueves, 17 de mayo de 2018

Manzanas con antioxidante E-300 y E-501 para el alumnado de Infantil y Primaria en Castilla-La Mancha ¡No gracias!

Ayer, dentro del programa de consumo de fruta en los colegios de la Consejería de Educacación de la JCCM, se repartieron trozos de manzana a los escolares de Educación Infantil y Educación Primaria. Resultó sorprendente para muchos maestros y maestras que la fruta contuviera los antioxidantes E-300 y E-501. No parece nada lógico ni adecuado ya que de lo que se trata es de favocerer una alimentación lo más sana, equilibrada y natural posible. Las manzanas se deberían haber llevado enteras, como se hace con otras frutas, las peras de hoy, sin ir más lejos. Si fueran grandes se podrían haber partido en los comedores escolares o por parte de las maestras y maestros y no se hubiera tardado más de un par de minutos. En fin, independientemente de lo inocuo que puedan ser estos dos productos antioxidantes, el E-300 y el E-501 no se debería hacer así.

martes, 15 de mayo de 2018

Cita de un morito (Plegadis falcinellus) en el río Guadiana, en Ciudad Real.

Ayer, lunes, 14 de mayo de 2018, a las 15 horas, pude ver un morito (Plegadis falcinellus) en vuelo sobre el puente de Alarcos, en el río Guadiana, en Ciudad Real.


En la fotografía, ejemplar de morito (Plegadis falcinellus) en el parque nacional de las Tablas de Daimiel, Ciudad Real, el ocho de agosto de 2013, a medio día.

domingo, 13 de mayo de 2018

La vida sigue en el charco.

Ha vuelto a llover. El charco que hace apenas unos días parecía más un gran cementerio vuelve a tener vida. Bien es cierto que muchos de los animales que allí agonizaban no consiguieron salvarse. Sin embargo otros si y los hay también de nueva generación. Ahora, al acercarme, voy con mucho cuidado ya que salen a decenas los pequeños ejemplares de sapo corredor, huyendo hacia el agua. Apenas tienen un centímetro pero ya se les reconoce fácilmente por su forma de desplazarse, por la complexión y por la rayita amarillenta que recorre su espalda.
Otros animales están proliferando. Los "notonecta" ahora abundan, así como algunos "ditiscos" y "gerris" o zapateros. También observo arañas de las que se deslizan sobre el agua y moscas que también planean sobre el agua. Hay una especie de lombrices muy pequeñas y rojizas y alguna garrapata acuática. Veo huellas de ungulados y de aves de pequeño tamaño. Los pequeños mejilloncillos -concostráceos-siguen moviéndose muy deprisa. Me ha parecido volver a ver alguna pequeña sanguijuela pero ya no nadaba con soltura como el otro día. También se ven las huellas del ganado ovino y todavía suben a la superficie y bajan rápidamente los renacuajos de sapo de espuelas (Pelobates cultripes) y nadan los pocos que quedan de sapo corredor. (Epidalea calamita).


Lo que me dan las gambas duende de Piedrabuena.

Este 2018 nos ha dejado un final del invierno con bastantes precipitaciones. La primavera siguió el mismo camino y el campo lo viene agradeciendo. Las gambas duende, crustáceos anostráceos, han vuelto a eclosionar por tercer año consecutivo, en uno de los charcos que venimos siguiendo.
Además de la "Branchipus schaefferi" que citamos el año pasado en el diario Lanza, hemos podido observar en dos localizaciones diferentes, distantes varios kilómetros, otro género, sin determinar por el momento. Ese otro género presenta, a simple vista, mayor tamaño que el de "Branchipus" y un ovisaco muy alargado y afilado.
Así, como mínimo, hemos visto dos géneros diferentes de gambas duende en dos enclaves, uno de ellos verdaderamente interesante. También he visto ejemplares en diferentes estados de desarrollo, unos prácticamente recién nacidos y otros ya adultos, con sus huevos. También ha habido controles negativos, al menos por el momento. Es decir, en determinados puntos considerados idóneos no las he localizado.
Este pequeño hallazgo lo hemos difundido entre amantes de la Naturaleza y lo hemos trabajado también en el aula de segundo de Educación Primaria del Colegio Público "Luis Vives" de Piedrabuena.
Lo cierto es que las gambas duende se han convertido para mi en un aliciente más, en un motivo de estudio, de búsqueda de información, de salir al campo, de practicar la observación en detalle de la Naturaleza y de generar contenidos educativos y divulgativos. Ha sido un buen momento de convivencia y de compartir con compañeras, compañeros, con las amistades y la familia. Al final, es cuestión de sensibilidad, de curiosidad, de motivación y de deseo de conocimiento y de compartir.
Ya que estaba intentando localizar nuevos hábitats de los anostráceos me iba fijando en otros aspectos y en otros grupos animales, como los concostráceos, a los que apenas había prestado una mínima atención para fotografiarlos hace ya más de dos años, y leer algo sobre ellos. Así, en esta primavera los he disfrutado más, los he fotografiado y seguido, de alguna manera. Los he localizado en varios lugares nuevos y los he dado a conocer también.
Pero esos pequeños espacios acuáticos, pequeños charcos,  me han enseñado muchos más tesoros, además del que iba buscando inicialmente, que era la evolución pormenorizada de los huevos de sapo corredor (Epidalea calamita). Quizás en otro momento hablemos de ellos, esos tesoros de los que hablo, y que se encuentran en un simple charco pisado, a veces, por coches y tractores...


Gamba duende macho de Piedrabuena, Ciudad Real, de 2016.


Las "conchas" de los concostráceos, una vez que se había secado el charco. La coloración era muy oscura, casi negra, frente a la que nos resulta más abundante, de color marrón. Piedrabuena, Ciudad Real.



Sobre el primer concurso de fotografía Cruces y Mayos de Piedrabuena, 2018.

Ayer tuvo lugar el acto de entrega de premios del primer concurso de fotografía "Cruces y Mayos de Piedrabuena 2018", organizado por el Ayuntamiento de Piedrabuena.
La iniciativa la puso en marcha la concejala de Cultura, Isabel Herrera a quién felicitamos por su buen hacer. Han participado trece personas que han aportado un total de 39 fotografías. El jurado estuvo formado por Marta González Zúñiga, fotógrafa profesional, Mariano Rivero Moreno, propietario del Pub-Galería El Canguro Violeta y Francisco Zamora Soria, fotógrafo de Naturaleza aficionado.
Las ganadoras han sido:
Primer premio, 120 euros y diploma, para María Begoña de la Cruz Merino.
Segundo premio, 100 euros y diploma, para Montse Rodríguez González.
Tercer premio, 80 euros y diploma, para Yolanda Calvo Navas.
La entrega de los premios tuvo lugar en el antiguo castillo de Mortara, hoy plaza de toros y espacio cultural. El tercer premio lo entregó Marta González Zúñiga, Margo; el segundo premio lo entregó Francisco Zamora Soria y el primer premio lo entregó el alcalde, José Luis Cabezas Delgado. La concejala hizo las veces de presentadora, agradeciendo a los presentes su asistencia y a los participantes su trabajo. El presidente del jurado, Francisco Zamora Soria, agradeció al ayuntamiento en general y a la concejala, Isabel Herrera, en particular, la organización del concurso y, a los participantes, el esfuerzo y los extraordinarios trabajos realizados. Puso de manifiesto la dificultad de elegir solo tres trabajos cuando en realidad había muchos que bien podrían haber resultado ganadores.  En la misma medida recordó la gran dificultad que supone fotografiar las cruces por las condiciones difíciles de iluminación y las dimensiones de los espacios. El alcalde de Piedrabuena, José Luis Cabezas, por su parte, mostró su agradecimiento a todos los presentes, al jurado, a la concejala, a los participantes y a las ganadoras, animando a seguir aprendiendo a través de los cursos que se vienen impartiendo y deseando que se siga en ese camino que puede desembocar incluso en la creación de empleo y en el ejercicio profesional.
La fotografía ganadora se convertirá en el cartel anunciador de las cruces del próximo año 2019 y, con el resto, se organizará una exposición.

martes, 8 de mayo de 2018

Las sanguijuelas, cuarenta años después, localizadas en Piedrabuena, Ciudad Real.

Cuando yo era pequeño las sanguijuelas eran algo normal, un animal más de los muchos que vivían con nosotros de forma más o menos...natural. Nos bañábamos en el Gigüela, en los charcones que quedaban en el río, por la zona que llamábamos el Puente Hierro, y el la Puente el Conde, sobre la Madre Chica, en Villarrubia de los Ojos. Allí, cuando salíamos del agua, las veíamos enganchadas a nuestras piernas, chupándonos la sangre, sin que, sorprendentemente, hubiéramos notado el picotazo. Nos las quitábamos y sangrábamos "alegremente", sin dolor o molestia alguna. 
En nuestras casas nos hablaban de su uso farmacéutico y médico, en tiempos recientes. También era frecuente escuchar historias de sanguijuelas que se habían metido en la boca de mulas y que eran sacadas con leznas.
Las veíamos nadar, ondulando sus cuerpos, con pericia, con soltura, cadenciosamente. Eran como elásticas pero duras, no como las lombrices. Alguna vez recuerdo haberlas visto muertas, reventadas, en el suelo, con una buena mancha de sangre.
Llegaron años de extracciones masivas de agua del subsuelo, de construcción de presas y de intensificación agrícola. Dejé de ver las sanguijuelas hace aproximadamente cuarenta años. Cada cierto tiempo me acordaba de ellas, como algo curioso. A veces preguntaba. Más de una vez escuché decir ¡madre mía, el tiempo que hace que no veo una sanguijuela! Y yo me sumaba a la apreciación. Llegó un momento en que empecé a interesarme por ellas. Gente de campo, agricultores, ganaderos, naturalistas, cazadores, fotógrafos de Naturaleza...recibían mis preguntas con curiosidad. Nada. Nadie las veía. Todo el mundo las recordaba como yo, y sentía que habían desaparecido de nuestras vidas.

Hasta que hace unos días, observando detenidamente un pequeño charco en el que había crustáceos branquiópodos me llevé la grata sorpresa. Allí estaban las sanguijuelas, nadando tranquilamente, ondulando su cuerpo irregular. Eran pequeñas, de poco más de un centímetro de longitud. Su coloración era muy clara, comparada con la de las que yo recordaba de mi infancia, de color marrón claro.

Empiezo a buscar información. Me doy cuenta de que lo que me ha ocurrido a mí le ha pasado a otras personas. Casi no hay fotografías. Una compañera me dice que tiene fotos de sanguijuelas, pero de China. ¡Curioso! Leo un informe del Ministerio de Medio Ambiente y me sorprenden las escasísimas citas por comunidades y provincias y, casi todas, de la época de la que hablo. Territorios enteros sin información.
Leo un interesante trabajo sobre las sanguijuelas de la Mancha, concretamente "Sanguijuelas y moluscos de las aguas de "La Mancha"(España)" de GARCÍA MÁS, I.; PUJANTE MORA, A. Hay citadas trece especies de hirudínios, pero todas las citas son antiguas también, y las más recientes, de la fecha de realización de la investigación, de finales de los años setenta y primeros ochenta del siglo XX. Las salidas de campo del mencionado estudio tuvieron lugar en 1983. La cita de "Hirudo medicinalis" de las Tablas de Daimiel es de 1976, verdaderamente elocuente.
Para la provincia de Ciudad Real aparecen citas de R. BLANCHARD, de finales del siglo XIX, 1893, y del cura de los bichos, don José María DE LA FUENTE, de 1917.

En otro trabajo, muy poco más reciente, 1984, publicado en la revista Limnética, de la Asociación Española de Limnología, el autor del artículo anterior y otro más, aportan citas para la provincia de Ciudad Real. Se trata de GARCÍA MAS, I, ; JIMÉNEZ, J.M. (1984) "Introducción al estudio de las comunidades macrobentónicas de los ríos asturianos: hirudineos". Limnética, 1: 179-186.

Todo parece indicar que la conocida en tiempos pasados como sanguijuela, "Hirudo medicinalis", podría haber desaparecido o estar al borde de hacerlo. Otra reflexión es que quizás nuestros hábitos han cambiado tanto que ya los contactos humanos con las sanguijuelas son inexistentes. Tampoco parecen haber proliferado los estudios específicos sobre el grupo animal en cuestión ni los trabajos fotográficos. Desde luego, a pesar de los pesares, también da la sensación de que las ideas, las teorías y las prácticas miásmáticas han seguido su curso, dos siglos después.

Lo cierto es que nos parece una muy buena noticia la cita de estas sanguijuelas en Piedrabuena, Ciudad Real, este mes de mayo de 2018.


Buscando orquídeas por Piedrabuena, recordando a Valentín Rubio Galera, en esta primavera de 2018.

Hace ya más un mes desde que estuve viendo orquídeas en el término municipal de Piedrabuena. Estaba haciendo un trabajo con mis alumnas y alumnos de segundo de Educación Primaria y me parecía que sería interesante y muy motivador llevarles fotos recientes y algún ejemplar, así como algún libro. Para mí, como para otras muchas personas, hablar de orquídeas significa, de alguna manera, recordar a Valentín Rubio Galera. Era su pasión por estas plantas llevada a su máximo extremo lo que me produce esta asociación de ideas. Que le gustara que le llamaran "Orki", que su tarjeta de visita fuera una fotografía muy bonita de un ejemplar y que, bajo su nombre dijera "Buscador de orquídeas" explican esta relación.
Valentín me dejó varios libros de orquídeas y me los explicó. Quedamos en salir pero nunca lo hicimos. Expuso, junto con otros amigos suyos, en unas jornadas de estudio sobre Piedrabuena y su comarca, las IV Jornadas, en abril de 2005, su ponencia sobre las orquídeas en general, y las de este territorio, en particular.

Esa comunicación fue publicada y, por el momento, es el único trabajo publicado exclusivamente sobre estas flores y un territorio concreto de la provincia de Ciudad Real.
Lo ví también disertar sobre su tema favorito en Ciudad Real, junto con sus compañeros de pasión, en una sala muy alternativa.
Ahora, al comprarme algunos libros sobre el tema, me acuerdo de él y creo que sería un extraordinario homenaje que se intentara, o que intentáramos, publicar un libro sobre las orquídeas de la provincia de Ciudad Real. La idea me vino al ver el extraordinario trabajo de Cuenca. Seguro que entre sus amigos más cercanos se podría coordinar un trabajo lo más serio posible, y saldría algo interesante.
Mientras tanto, yo sigo atento a las orquídeas que veo. Así, como cada año, disfruto de las tres especies que más abundan por Piedranbuena:
-"Orchis papilionacea"
-"Orchis morio"
-"Orchis conica"
Y, a veces, entre esas espectaculares colonias de "papilionaceas" y "morio", veo los híbridos de los que me hablaba Valentín.

(No estoy seguro en cuanto a la identificación de "Orchis morio")


"Orchis papilionacea" en Piedrabuena, Ciudad Real. Es muy abundante.

      Vista cenital de la orquídea "Orchis papilionacea" en Piedrabuena, Ciudad Real.
     La orquídea "Orchis papilionacea" en Piedrabuena, Ciudad Real, es muy abundante. Se la puede ver muy cerca de la "Orchis morio" y, a veces, con algún híbrido en "territorio intermedio", por decirlo de alguna manera.
"Orchis papilionacea" en una cruz de brezo en Piedrabuena, Ciudad Real, concretamente, la cruz de jóvenes "De buena piedra". Mayo 2018.

jueves, 3 de mayo de 2018

La cruz de Rubén, una cruz infantil.

El año pasado, un alumno de siete años, de primero de Educación Primaria, invitó a sus compañeras y compañeros de clase y a sus profesoras y profesores a visitar la cruz que había hecho en su caso. Se trataba de una cruz pequeña, con unas cuantas plantas de monte, de las que se usan para esta ocasión, con alguna planta más de interior. Toda la clase y tres profesores visitamos la cruz en horario escolar. Allí, el alumno nos explicó cómo la hizo, con ayuda de sus padres, y nos obsequiaron con refresco de limón y dulces típicos. Rubén había hecho también unos carteles para la ocasión.
Este curso 2017-2018 el alumno nos volvió a trasladar su invitación y ayer estuvimos toda la clase y dos profesoras y un profesor visitando su pequeña creación. La cruz es sencilla pero muy bonita y tiene el sabor de lo auténtico. Allí tiene Rubén a su petín, un jilguero (Carduelis carduelis) en una jaula, y la baqueta, con la que se acompaña a las guitarras y los laúdes, que él sabe tocar y que producen ese sonido metálico tan peculiar en el canto de los mayos.
Este año Rubén también ha hecho su cartel. Se queja de que  la suya no aparece en el tríptico del ayuntamiento de Piedrabuena. Quizás fuera buena idea que el año que viene el ayuntamiento tuviera en cuenta esta iniciativa y la incluyera en el listado de cruces, con la denominación de "Cruces infantiles", quizás cunda el ejemplo.