lunes, 27 de julio de 2020

Escenas entomológicas, 3: escarabajos longicornes en el centro del pueblo, en Villarrubia de los Ojos, Ciudad Real.

Hace casi un mes, el 30 de junio de 2020, para ser exacto, vi, en mi casa, en Villarrubia de los Ojos,  provincia de Ciudad Real, un escarabajo longicorne muerto, un cerambícido de muy buen tamaño. Hacía sólo unos días desde que había visto uno en vuelo, al anochecer, en el puerto de los Majales, en Piedrabuena. Allí no me sorprendió. Hay monte y matorral en buen estado de conservación, así como pinares y una dehesa preciosa.
Sin embargo, en mi casa, en el centro del pueblo, no me parecía lógico. A los pocos días supe que en una casa muy cercana habían visto uno vivo. Además, también habían detectado la presencia de unas orugas blanquecinas enormes, con motivo de la poda de una gran palmera. Rápidamente relacioné los avistamientos. Parecía lógico pensar que mi "cuernilargo" podía proceder de ese espacio. Pero hay más. Una semana después, en otra casa también céntrica y cercana, me contaron que habían visto otro, dentro de la vivienda. La descripción coincidía: escarabajo, negro, muy grande, con antenas enormes. Y al mostrarles fotos me decían que era igual.
Entiendo que estos cerambícidos están volando en estas semanas y que, quizás, provengan de la misma o de diferentes palmeras u otros árboles urbanos, pero cercanos.
Los escarabajos longicornes tienen una vida curiosa. Nacen y pasan un buen tiempo, incluso varios años, en fase larvaria en el interior de árboles. Después, emergen ya metamorfoseados, con esos cuernos o antenas tan largas. Hay muchas especies siendo la mayor, si no estoy equivocado, el "Cerambix cerdo". Es enorme y llama la atención. Es muy curioso el sonido que produce-estridulación- cuando se le coge. Los hay muy coloridos pero, en el caso que nos ocupa, se trata de libreas negras, con algún toquecillo de color castaño, si llega el caso.
Es una pena que se les tenga miedo, o asco, que viene a ser casi lo mismo. Por supuesto son inofensivos y, si los cogemos, lo normal es que desplieguen sus élitros y salgan volando.
Yo, desde que los descubrí, muy jovencillo, en los libros de Fauna Ibérica de Félix Rodríguez de la Fuente, y en mi pueblo natal, Villarrubia de los Ojos, me aprendí aquellos nombres, que tantas veces digo: "cerambícido", "Cerambix cerdo", longicorne, "cuernilargo"... 
Tuve la suerte de encontrarme varios ejemplares en poco tiempo. Uno, por cierto, en la piscina municipal. Después me compré el tomo correspondiente de la serie de "Fauna Iberica" del MNCN, dependiente del CSIC.
Ahora, sigo disfrutando con las oportunidades que se me brindan, haciendo fotos y subiéndolas a internet, a Biodiversidad Virtual. Los voy viendo por todas partes. Merece la pena irlos conociendo, aportando nuestras citas y respetándolos.
Como se verá, publico fotografías y citas de diferentes especies de cerambícidos de otros lugares.


Escarabajo longicorne aparecido en mi casa el día 30 de junio de 2010, ya muerto. Villarrubia de los Ojos, Ciudad Real.



Un cerambícido de muy buen tamaño, en san Cristóbal, Villarrubia de los Ojos, el 30 de junio de 2006.

Un ejemplar de "Nustera distigma" de Piedrabuena, de mayo de 2017.

"Hylotrupes bajules", de Villarrubia de los Ojos, de 11 de junio de 2017.


Un precioso ejemplar de "Opsilia coerulescens" de 18 mayo de 2014, de Fuentes de Macho, Villarrubia de los Ojos.


"Hesperophanes sericeus" en el Bar La Raña, en una zona adehesada con cultivos y cercana a la sierra, en Villarrubia de los Ojos, el 27 de julio de 2018. Hasta la fecha, 27 de julio de 2020, sólo hay dos citas  de esta especie en Castilla-La Mancha, en el portal de ciencia ciudadana de Biodiversidad Virtual, ambas, de la provincia de Ciudad Real.


Macho y hembra de "Certallum ebulinum" en Villarrubia de los Ojos, concretamente en Fuentes de Macho, el 12 de abril de 2014. Es el último que me han identificado en Biodiversidad Virtual. Identificado por Francisco Ángel Montes.


"Stromatium unicolor" en la fachada de mi casa, Piedrabuena, Ciudad Real. Agosto de 2020. Identificado por Francisco Ángel Montes.



jueves, 16 de julio de 2020

Escenas entomológicas, 2: tábanos tuneladores.

Ya llevo unos días visitando dos parajes de Villarrubia de los Ojos, Ciudad Real. En los dos he fotografiado algo que nunca antes había visto. Se trata de alguna especie de tábano, al menos eso creo, por su aspecto.
La conducta de estos dípteros llamó rápidamente mi atención. El primero que vi revoloteaba sobre un montón de arena, resto de una obra de albañilería en una quintería, entre viñas y olivares. Se posaba y excavaba sobre la arena con las patas delanteras. En realidad estaba haciendo un pequeño túnel, al que entraba y salía continuamente. Además, hacía un pequeño surco, como un camino, para facilitar el acceso. Iniciaba la excavación de frente y salía hacia atrás, lanzando la arena por debajo de sus extremidades. 
Al día siguiente el mismo, u otro ejemplar, se había mudado a una distancia de un metro, y seguía con la misma actividad. Pude ver, ya más de cerca, cómo, al hacer su trabajo, cada cierto tiempo, sacaba piedrecitas de cuarzo o de cuarcita, de considerable tamaño, con las patas, haciéndolas rodar.
A los pocos días vi como uno de estos insectos cerraban su túnel, hasta dejarlo irreconocible.
El segundo día tras el pequeño hallazgo, en otro paraje muy distinto, junto a unas pequeñas lagunas artificiales, disfruté del mismo espectáculo. El sustrato era el mismo, arenoso.
Al hacer las fotos con el objetivo macro pude captar cómo, con las extremidades superiores, realizaba el trabajo, girando hacia dentro la punta de las mismas. Se ven, en ellas, una especie de cercos o vellosidad, que parece ayudar en esta tarea.
Todavía no sé ni el género ni la especie. Creo que, como ya he dicho, se trata de tábanos. Y he leído que en España hay 97 especies descritas, hasta dónde yo sé.





Escenas entomológicas, 1: un avispón arrastrando una tarántula.

Conduzco por un camino. Voy con un amigo. Hemos ido a ver los abundantes escarabajos tigre. El paraje, en Villarrubia de los Ojos, Ciudad Real, no nos suele decepcionar. Allí hemos visto, al menos, dos especies, varias cópulas y muchos ejemplares. Al llegar veo un par de ellos en vuelo, pero nada más.
De pronto veo un insecto grande, de unos tres o cuatro centímetros, que cruza, deprisa, el polvoriento y arenoso camino, arrastrando algo. Paro y, casi literalmente, me tiro del coche, diciendo:
-Conce, sal, no sé lo que es, pero muy curioso...

Me acerco y veo un avispón rojizo que arrastra una araña enorme, una tarántula o araña lobo (Lycosa tarantula). El avispón detecta nuestra presencia y suelta a su presa. Empezamos a intentar fotografiar a la rápida avispa, que no para un segundo. Da vuelos cortos y rasantes, de apenas medio metro de distancia. Yo llevo la cámara con el objetivo macro y disparo, pero no me da tiempo a enfocar bien. A Conce le cuesta. En unos segundos la hemos visto buscar su alimento pero se ha alejado sin éxito. Nos centramos en la araña, que apenas levanta sus ocho extremidades un poco, y las baja, agonizando. 
Parece evidente que el arácnido acaba de recibir un picotazo del avispón, inoculándole una buena dosis de veneno, y que lo llevaba a su nido. 
En pocos minutos la tarántula está muerta y hormigas de diferentes géneros están intentando despedazarla.
Las fotos del himenóptero no son buenas pero espero que sirvan para identificar el género y la especie.

En realidad llevo unos cinco o seis años esperando poder fotografiar a este curioso insecto. He ido decenas de veces, casi siempre en estas fechas, y, generalmente, temprano. Ha habido ocasiones en las que pude hacer algunas fotos, aunque no sirvieron para su identificación.

Me parece que se trata de lo que los ingleses llaman un "halcón tarantula" (hawk tarantula), es decir, una avispa halcón caza-tarántulas. Si estoy en lo cierto, se trataría de un ejemplar del género "Hemipepsis", concretamente, "Hemipepsis mauritanica". Como vengo haciendo desde hace un año y medio, ya he subido una imagen a la plataforma de Ciencia Ciudadana, Biodiversidad Virtual.

Ejemplar de "halcón tarántula" (Hemipepsis mauritanica), en Villarrubia de los Ojos, Ciudad Real, el 14 de julio de 2020.



Ejemplar de "Hemipepsis mauritanica", fotografiado en el mismo lugar, en agosto de 2017.(Identificación no confirmada por ningún experto)

sábado, 11 de julio de 2020

La exposición "Tesoros escondidos de nuestro pueblo", ha quedado inaugurada hoy, sábado, 11 de julio de 2020.

La exposición "Tesoros escondidos de nuestro pueblo" ha quedado inaugurada hoy, sábado, 11 de julio de 2020. El Museo Etnográfico ha sido el escenario elegido para esta exposición fotográfica de Conce Sepúlveda Rodríguez en la que se presentan veinte espacios del municipio de Villarrubia de los Ojos, descritos brevemente e ilustrados con varias fotografías.
El acto ha empezado con la intervención del alcalde, don Miguel Ángel Famoso Fino, que ha agradecido el trabajo del autor de las fotografías, Conce Sepúlveda Rodríguez, y de los organizadores y colaboradores. Además ha anunciado la intención de seguir trabajando en esta importante tarea de divulgación y descubrimiento de la riqueza natural y patrimonial del municipio, con la correspondiente señalización de todos los parajes de interés.
Por su parte, el guía de campo Conce Sepúlveda Rodríguez ha aclarado que lo interesante de la muestra no es tanto el valor fotográfico como el acercar al gran público la diversidad natural y etnográfica y descubrir la variedad de especies de aves, por ejemplo, que nos rodean y que suelen pasar inadvertidas.
El también organizador de esta actividad, David García Urda, licenciado en Humanidades, también fotógrafo y gran conocedor del Entorno, ha expresado su deseo de que estos tesoros lleguen a todo el mundo y que se puedan conservar para el futuro.
El concejal de Turismo, Amancio Párraga Guijarro ha puesto de manifiesto el gran interés que tiene para el Ayuntamiento y para nuestro pueblo este tipo de actuaciones y cómo siguen trabajando desde la Corporación Municipal para ampliar el elenco de espacios que puedan ser ofrecidos al vecindario pero también al creciente número de visitantes que van llegando, año tras año.
La exposición no hubiera sido posible sin la labor de Fran Dorado Rivero, como técnico del Museo Etnográfico y geógrafo y podrá visitarse desde hoy 11, al 31 de junio de 2020, en el horario habitual.

Desde el ayuntamiento se han tomado todas las medidas higiénicas necesarias, como la toma de la temperatura a todas las personas presentes, la instalación de alfombras desinfectantes a la entrada, el uso de mascarillas, el mantenimiento de las distancias de seguridad y la provisión de gel hidro-alcohólico.





 El alcalde de Villarrubia de los Ojos, en el centro, inaugurando la exposición fotográfica "Tesoros escondidos de nuestro pueblo".

 El autor de las fotografías, Conce Sepúlveda Rodríguez, describiendo al alcalde la encina de Casablanca.

El alcalde de Villarrubia de los Ojos, Miguel Ángel Famoso Fino.


El concejal de Turismo, Amancio Párraga Guijarro.



viernes, 10 de julio de 2020

Donde la realidad te lleva, 2. Vallando el campo, que es lo contrario de lo que quieres y te gusta.

Como decía, las circunstancias nos van marcando en muchas ocasiones el camino, mal que nos pese. Así, vallar el campo, es decir, vallar fincas agrarias o viviendas es una opción que nunca había contemplado. De alguna manera, va contra mis ideales, mis principios, mis valores y mis gustos. Ya bien cumplido el medio siglo de edad no tuve más remedio que recurrir a este sistema de protección de la propiedad privada. La causa, el creciente vandalismo, los continuos robos, las intrusiones de un ganadero cercano y la incomprensible inactividad de las diferentes administraciones públicas. Ni el guarda del campo del ayuntamiento de Villarrubia de los Ojos, ni la guardia civil, ni la policía municipal, ni los agentes ambientales ni la policía hidráulica, nadie, nunca, vio nada ni denunciaron a nadie. Un guardia civil, en una ocasión, me dijo, que tenían que vigilar los chalés y que estas quinterías no eran objetivo de protección. Lo curioso, lo sorprendente, lo increíble, es que en cuarenta años al único que denunciaron fue a mí, y a mi madre (qepd). 

Veamos algunos hitos que nos pueden aclarar de lo que hablo. Hace años una finca mía sufrió un ataque en el campo, en el que arrancaron una parra centenaria, varias puertas y ventanas, las introdujeron dentro de mi cocina y, con leña, sarmientos y gasolina, les prendieron fuego. Pasados unos años decidí restaurar esas habitaciones.
El guarda del campo llevó al aparejador y me pidieron el permiso de obras. Yo no podía imaginar, en esos años, que fuera necesario. Presenté un escrito narrando lo ocurrido y solicité que el ayuntamiento me eximiera de los gastos de dicha licencia. Hablé con la concejala, dado que el alcalde no estaba en esos días. No obtuve respuesta y tuve que pagar un impuesto -permiso de obras-por reconstruir un tejado que me habían destruido en un incendio provocado por unos delincuentes. Era curioso que unas habitaciones a cinco kilómetros de distancia del casco urbano, sin luz eléctrica, ni agua corriente, ni alcantarillado, ni alumbrado público, en un camino, sin protección alguna...tuviera que pagar. Pero pagué. 
No he dicho todavía que mi idea, mi empeño, mi ilusión, es mantener esta finca en pie, por sus valores patrimoniales, por su historia, por su tipología constructiva y cultural, por su riqueza natural y etnográfica. 

Alguien me dijo que, puesto que lo que estaba haciendo, año tras año, era simple y llanamente, conservarla, podía pedir una subvención. Además, está a escasos mil metros de un parque nacional, el de las Tablas de Daimiel. Me informé pero no tenía derecho. Una condición insalvable me separaba de las ayudas económicas. Yo no resido en este municipio.¡Gravísimo!

Por si fuera poco, tuve que soportar estoicamente como, gracias a una burda mentira trasmitida por un amigo a otro amigo, y a otras tantas personas, me acusaron públicamente en un foro de internet de quemar un colchón a unos pobres inmigrantes. El contexto era, ni más ni menos, que mi defensa, con nombre y apellidos, de otra casa muy antigua e interesante, la casa de don Bernardo, de Villarrubia de los Ojos, que finalmente cayó bajo la excavadora, aunque las autoridades decidieron ese mismo día su protección, en la Comisión Provincial de Patrimonio.

El anonimato es lo que tiene. Pero, por si fuera poco, otro amigo, poeta, escribió un cuento (¿cuento o engendro, me atrevo a preguntar?) en un libro, trasmitiendo esa mentira, supuestamente redimiéndome.¿Tan poco me conoce como para pensar que soy capaz de quemar unos colchones a unos inmigrantes?
Pero el tiempo parece depararnos sorpresas, empequeñeciendo nuestros sustos, nuestras heridas, nuestros dolores pasados.

Siguieron los robos, el expolio, la destrucción. Una persona me dijo que incluso algunos amigos se habían llevado puertas de allí. Un ganadero, a pesar de habérselo advertido, seguía metiendo su rebaño, causando daños. Llega un nuevo propietario y pretende eliminar la mitad de los espacios comunes. Me amenaza con hundirme mi casa. Comienza a echar herbicida, inocuo según él. Concretamente, glifosato, ¡buenísimo! me dice, se podría comer allí mismo, en el suelo, sin problema.

Y te ves en la tesitura de seguir así, semana tras semana, con la nula respuesta de las administraciones ante tantos problemas y delitos, o de vallar.

Surgirán nuevos problemas y nos volverán a denunciar, por haber vallado nuestra tierra, supuestamente, usurpada, según un funcionario que no sabe lo que dice ni conoce el espacio concreto. Te dice una persona, en su despacho, con muy pocas palabras y nada de respeto, que te has quedado con tierra que no es tuya. Le explico que eso no es cierto, que no hemos vallado ni un centímetro que no sea nuestro...Pero la administración gana y, además de multarnos, de humillarnos e insultarnos, nos obligan a retranquearnos. Por si acaso, en el proceso administrativo utilizan legislación del golpe de Estado del 23 F.

Pero los problemas siguen. En una parcela cercana un vecino se empeña en quitarnos una parte de la tierra...Y vuelta al cuartel de la guardia civil, al cuerpo de guardia de la policía municipal, al juzgado de paz, al juzgado de instrucción, al ayuntamiento...Cinco años de denuncias, de comparecencias, de juicios, de peritajes, de discusiones, de faltas de respeto, de mentiras, de usurpación, de daños.
Y otra vez al escenario del intento de usurpación, a pesar de contar con una sentencia meridianamente clara en la que se dice que no ha lugar a deslindar porque ambas fincas están claras.

Y así estamos, de papeleos, de trámites, de repetir hasta la saciedad lo evidente, para conseguir algo tan elemental como la propiedad privada, en un país como España. El vecino me dice que si me creo que las cosas son para siempre. Le digo que sí, que esa es una de las características de la propiedad privada. Le repito que el triángulo tiene tres lados, y él quiere truncarlo, quedándose en un rectángulo, de menores dimensiones, claro. Me pide que demuestre la propiedad, que arranque yo mis árboles y algunas barbaridades por el estilo. Me dice mentiras, y las reconoce. Y me advierte de que esa tierra será suya, y que yo no podré vallar.

Y me veo, con más de medio siglo de vida, deseando poder instalar una valla que proteja una pequeña finca de unos mil metros cuadrados, en los que hay unos árboles, una reguera, una senda y un sendón, servidumbres de paso de todos los propietarios de esta curiosa e interesantísima finca.

Aquí paso muchas horas, disfrutando del vuelo de la golondrina dáurica, de las llamadas de las gangas, de la presencia de tantas y tantas especies de invertebrados, de su curioso sistema de regadío de huertas y tajones. Aquí empleo mi esfuerzo, segando pajitos, repellando un esconchón, colocando una piedra o una teja. Aquí sueño con poder venir a pasar buenos ratos con mi familia y amistades, con poder compartir este espacio con quienes quieran conocerla.


Parra centenaria que fue arrancada y quemada en el interior de mi vivienda. Fotografía de Cano, recortada y eliminada la figura de la persona que me dejó la imagen.

 Estado del tejado de mis habitaciones, tras el incendio y el paso del tiempo.
 Rejas de hierro cortadas con sierra de metal o radial para perpetrar el robo de todo lo que había en el interior.
 Jalbegando los muretes de la entrada, como cada año.


Pilillo que recogía las aguas de las fuentes de esta finca, para dirigirla a los albercones.

miércoles, 8 de julio de 2020

Se ultiman los detalles de la exposición fotográfica de Conce Sepúlveda en Villarrubia de los Ojos, Ciudad Real. Julio de 2020.

El próximo sábado, 11 de junio de 2020, a las 12 horas, tendrá lugar la inauguración de la exposición fotográfica de Conce Sepúlveda sobre Villarrubia de los Ojos, sus parajes más emblemáticos y curiosos y su riqueza animal.
Conce Sepúlveda Rodríguez (1951) es natural de Villarrubia de los Ojos y quizás el mejor conocedor de la riqueza natural y patrimonial que atesora el municipio. Durante toda su vida ha recorrido sus caminos y parajes y, desde hace ya unos veinticinco años, ha venido fotografiando todo lo relacionado con la fauna, los paisajes y los elementos construidos. 
En esta ocasión Conce Sepúlveda nos presenta una selección de paisajes naturales y antrópicos, veinte, acompañados de unos textos, así como de la fauna que se puede observar en estos lugares.
Conce ha utilizado la cámara fotográfica, el teléfono móvil y el telescopio terrestre para capturar un buen número de especies. Muchas proceden de los diferentes anillamientos científicos llevados a cabo por expertos de la SEO (Sociedad Española de Ornitología), con quiénes colabora y comparte su pasión por las aves, su observación y estudio.
Como se puede imaginar, esta exposición es fruto del trabajo continuado, del esfuerzo y tesón de una persona que, a diario, recorre caminos y sendas en busca de esa diversidad biológica que nos rodea y que quizás nos pasa desapercibida a la mayoría.
Conce ha sido guía de campo y ha expuesto en varias ocasiones sus fotografías y vídeos. Además, imparte conferencias y sigue colaborando con diferentes grupos de investigadores y científicos, así como con asociaciones ecologistas y naturalistas.
Desde este espacio sólo nos resta agradecer a Conce que comparta sus fotografías y conocimientos, así como al Ayuntamiento de Villarrubia de los Ojos, a la Concejalía de Cultura y al Museo Etnográfico, por haber hecho posible esta actividad cultural y educativa. Gracias también a David García Urda y a Fran Dorado Rivero, por su empeño y trabajo para que la exposición salga adelante.

Conce Sepúlveda con David García Urda, en julio de 2012, en una de sus salidas de campo.


Conce Sepúlveda Rodríguez en una de sus muchas apariciones en programas de televisión, concretamente en enero de 2016, tras descubrir el afloramiento de agua en Los Ojuelos.


Conce Sepúlveda con Fran Dorado, preparando la exposición fotográfica en el Museo Etnográfico, el 8 de julio de 2020.


lunes, 6 de julio de 2020

¿Tábano o tábana ?

La primera vez que te pica un tábano te llevas un susto, el dolor y, a veces, tu propio manotazo, como acto reflejo involuntario, intentando matarlo. A mí me pasó una, dos, tres,...decenas de veces. Era un picotazo doloroso, que dejaba la señal y la sensación de haberte arrancado una parte de tu carne, de haberte mordido, más que picado.
Pero, lo curioso es que esas picaduras las producen solamente las hembras, es decir, las tábanas. Los tábanos  macho se alimentan de jugos vegetales mientras que las hembras son hematófagas.