viernes, 25 de mayo de 2018

La charca se recupera, cuando ya apenas quedaban unos centímetros cuadrados con agua.

Ayer, 24 de mayo de 2018, jueves, volví a visitar las charcas que vengo siguiendo. Había llovido algo y ya llevaba unos días sin acercarme. Prácticamente no quedaban más que unos centímetros cuadrados de agua muy turbia, con el color de la tierra, en unos cuantos puntos.
Los sapillos corredores (Epidalea calamita) abundan y se desplazan por doquier, como a tirones, dejando bien claro de dónde les viene el nombre. Se ven abundantes insectos voladores, himenópteros fundamentalmente, pero también varias especies de lepidópteros, osea, mariposas.
En uno de los charcos no veo actividad de renacuajos ni de otros animales, a simple vista. Si se ven moscas de las que se paran sobre la superficie del agua y varias especies diferentes de abejas, moscas y otros grupos que no conozco.
En otro charco solo queda barro, con consistencia de cuero, que ha sido modelado por las enormes ruedas traseras de un tractoraco de esos que ahora proliferan. El resto apenas si recuerda lo que fué hace apenas una semana. Alguna huella y poco más.
En el charcón grande, que en realidad es una laguna, ayer había un pequeño charco de medio metro cuadrado distribuido longitudinalmente, en lo que se adivina que fue un surco del arado. Se ve otro más grande pero alejado y en terreno de difícil acceso. En el pequeño charco el agua es muy turbia, tanto como para no tener la apariencia más que de barro. Se ven unos renacuajos muy grandes que se mueven bruscamente. Tienen un precioso color dorado en la parte superior. Alguno está apoyado en la orilla, junto a una piedra. Otros parecen competir para llegar también a la orilla. El mayor tiene ya las cuatro patas desarrolladas pero con una cola enorme que supera la longitud del cuerpo. Son ejemplares de sapo de espuelas ya al límite de la metamorfosis, a punto de abandonar el agua. Uno de ellos tiene una parte del cuerpo, por encima y por debajo, cubierta de las pequeñas conchas de concostráceos. Me parecían parásitos pero creo que se trata de los mencionados branquiópodos. No acierto a ver si están vivos o muertos. 
En el mismo espacio se ven muchos concostráceos pero no los veo moverse. Tienen un color marrón claro. Se ven algunos zapateros (Gerris sp?) de mediano tamaño y también pequeños ejemplares de "notonectas".
Esta mañana el aspecto ya había vuelto a cambiar por completo con las abundantes lluvias de la noche. Vuelve a haber mucha agua, y sigue lloviendo. Es posible que al menos los sapos corredores vuelvan a poner sus huevos, aunque, en el momento que apriete el sol, ya de finales de mayo, el agua desaparezca rápidamente

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