Apuntes para recordar al pintor Ortega (Arroba de los Montes, 1921-París, 1990). LXIII. "Amigos del pintor Ortega visitamos la exposición "Estampa popular. Arte y memoria", en Alcalá de Guadaíra, Sevilla".

  Apuntes para recordar al pintor Ortega (Arroba de los Montes, 1921-París, 1990). LXIII. "Amigos del pintor Ortega visitamos la exposición "Estampa popular. Arte y Memoria", en Alcalá de Guadaíra, Sevilla".

Francisco Zamora Soria, 25 de enero de 2025.

Ayer, 24 de enero de 2025, viernes, algunos "Amigos del pintor Ortega" visitamos la exposición "Estampa popular. Arte y memoria" en Alcalá de Guadaíra, Sevilla. Tuvimos la suerte de contar con la comisaria de la exposición, Ana María Cortijo, responsable de la "Fundación Francisco y Lola Cortijo". Ana María es hija de uno de los fundadores de Estampa popular Sevilla, Francisco Cortijo (1936-1996) y de Lola Sánchez, esposa del anterior y también artista. 

La exposición se encuentra en el Museo de Alcalá de Guadaíra y se inicia con un grabado de Pepe Ortega, fundador de Estampa popular, que en 1960 ya estaba exiliado en Francia. Allí vivían el joven matrimonio de la familia Cortijo y otros artistas andaluces, que, tras contactar con Ortega, aprender de él los rudimentos del grabado y conocer los ideales y postulados de este colectivo artístico, con fines sociales y políticos abiertamente antifranquistas, volvieron a España para crear el segundo grupo de Estampa popular de España, en Sevilla. 

Pronto se trasladaron a la ciudad de los panaderos, Alcalá de Guadaíra, donde tuvo lugar ese fructífero encuentro de diferentes artistas durante algunos años en la casa de la familia Cortijo. La exposición es muy recomendable. 

 La primera obra de la exposición es un grabado de Ortega. Ha sido cedido por la hija del crítico de arte Moreno Galván.

José Ortega en París, en 1962, en París.

Ana María Cortijo explicando cómo su madre, la artista Ana Sánchez, consiguió conservar un buen número de materiales, documentos y obras, durante años, escondiéndolas en lugares insospechados, para evitar que les fueran requisadas en los numerosos registros policiales a su casa y en sus pasos de la frontera de Francia.