martes, 22 de febrero de 2022

El volcán de la Arzollosa, una joya de la Naturaleza y la interacción humana.

 Visitamos, una vez más, el volcán de la Arzollosa, una joya de la Naturaleza y de la interacción humana. Como se sabe, este volcán se encuentra en Piedrabuena, Ciudad Real, y es accesible desde la carretera que une este municipio con el de Porzuna. Hay dos caminos que lo rodean y que se encuentran en buen estado.

Desde hace ya unos días los arzollos, es decir, los almendros silvestres (a los que ahora se les asigna ya categoría de especie como "Prunus webbi") están en flor. Las siembras, que tocaban este año en esta "hoja", ya han crecido lo suficiente para mostrarnos su verdor.

Así, en la distancia, la Arzollosa, un cerro o morro de origen volcánico, de formas suaves, se ve jalonado por las muchas lindes de piedras y arbolillos en flor. En sus mantos se ha ido generando un suelo de fértiles tierras muy oscuras, ahora cubiertas por los cereales. Las parcelas son generalmente muy pequeñas y alargadas, longueras, y están separadas por amontonamientos de piedras negras, cubiertas por musgos y líquenes en algunos casos. Y en esas lindes han prosperado los arzollos, además de otras especies arbustivas. El espectáculo es digno de ser visto.

En este edificio volcánico se encuentra una cueva o galería de unos veinte metros de profundidad y dos de ancho, que parece haber sido parcialmente lodada. Al inicio de la cueva se aprecian lo que fueron escalones, tallados sobre los materiales volcánicos. 

En las paredes vemos vetas de materiales más oscuros, compactos y uniformes (oleadas de basalto) que contrastan con el resto, que nos parecen piroclastos compactados, pero es sólo una hipótesis. También podemos ver los orificios de los barrenos utilizados para perforar esta galería.









En la parte más escarpada vemos paredes verticales de hasta siete metros de altura. En esas superficies destacan algunas oquedades de diferentes tamaños, alguna de considerable capacidad.


El volcán de la Arzollosa es Monumento Natural, tiene una edad de entre 8 y 1´5 millones de años. Tuvo varias fases eruptivas y diferentes centros emisores. Su extensión es de 450 hectáreas y tiene una altitud de 750 metros. 

Recordemos que si lo visitamos no debemos dejar huella alguna de nuestra presencia ni restos de ningún tipo. Es evidente que no se debe molestar a la fauna ni arrancar plantas o coger materiales líticos.


La cueva ha sido parcialmente lodada con piedras grandes.

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