Llegas a la estación de tren de Málaga, llamada María Zambrano, en honor a la pensadora y escritora. Málaga es la sexta capital de España en número de habitantes y una de las más importantes en número de viajeros, visitantes y turistas. Tiene casi 600.000 habitantes.
Son las ocho y media de la mañana y vas al servicio. Eliges el público y te llevas la sorpresa de que está cerrado hasta las nueve de la mañana. Por si acaso, aunque ya lo sabes, lo intentas en el privado, el de pago. También está cerrado. ¿Queja, sorpresa o curiosidad? ¿O es sencillamente una anomalía y un demérito?
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