sábado, 31 de octubre de 2020

Miles de elefantes llegaron a nuestros pequeños pueblos... ¡y nadie dijo ni pío!

 Años ochenta...años noventa...siglo XX...democracia...socialismo o socialdemocracia o capitalismo atroz o desarrollismo...una vuelta de tuerca más...o unas cuantas...El despoblamiento sigue en la mayoría de territorios de España. Las ciudades prosiguen su crecimiento. Pongamos por caso un pueblo que llegó a tener mil doscientos habitantes. Y médico y farmacéutico las veinticuatro horas del día los 365 días del año. Llega la modernidad, el progreso, el futuro. Dónde había un médico ahora habrá un Centro de Salud, perfectamente dotado (es un decir), de ocho a tres de la mañana. ¿Y después? Muy fácil. Un Centro de Salud comarcal, a escasos diez, quince, veinte, treinta kilómetros de distancia, con un médico, una enfermera (ATS) y un coche. ¡Fabuloso!¡De película! Las carreteras estaban como estaban, es decir, muy mal. Y a veces, cuando alguien llamaba para comunicar una urgencia te decían que sólo se desplazaban a tu domicilio si te responsabilizabas de lo que pudiera ocurrir si llegaba otra más grave al centro de salud y se lo encontraban cerrado.

Los cuarteles de la Guardia Civil los fueron cerrando. Los guardias y sus mujeres y sus hijos ya no consumen, no van a los bares ni a la escuela...el contador de personas y de servicios sigue bajando. Hacen patrullas, cuando les toca, y se les puede llamar, si hicieran falta. Veterinarios, secretarios de ayuntamientos, tampoco se quedan. Las casas de maestros, construidas durante el franquismo, son desafectadas y dedicadas a diferentes usos. Lo mismo ocurre con cuarteles y graneros, por citar otros dos ejemplos.

Pero hay mucha gente mayor. La mayoría de los habitantes de este pueblo viven solos. La inmensa mayoría no tienen coche. Y en muchos casos, ni teléfono. No hay móviles ni internet ni aparatos de esos que se pulsa un botón. A veces, en una calle, sólo vive una mujer muy mayor, viuda quizás, con los hijos en Madrid, Barcelona, Bilbao... Es el Cambio. Nadie dice nada. Son los tiempos que corren. España va bien. El Instituto Nacional de Estadística sigue trasmitiendo sus datos. Termómetro mudo que nadie quiere ver. Socialismo. Socialdemocracia. Progreso. Desarrollo. Capitalismo perverso de Milton Santos, un geógrafo negro, brasileño, exiliado. ¿Quién lo conoce? 

Los hijos deciden llevarse a su madre a la Ciudad Condal. Ya no nacen tantos chicos. En el colegio hay menos alumnos cada año. Fulanita y Menganito se han ido a Madrid. Tienen tres hijos y se los llevan. Y al padre de ella, que ya está mayor, también. Han hecho un Centro Cultural y lo han inaugurado, un poquito antes de la elecciones. Pero como hay poca gente, ya lo han cerrado. Total, pagar a Zutanita, la prima de no sé quién,  para que no haga nada.

En la capital han abierto un centro comercial. Tienen de todo. Esta semana, la leche, a mitad de precio. Y te puedes tomar algo en el bar o comprar unas deportivas o una bata. La tienda de la vecina la han cerrado. Ya sólo tenía cuatro cosas.

Han cambiado la ley de Educación. ¡Menos mal! ¡Qué mal estaba todo! Ahora, los de séptimo en adelante ya van al instituto, y con transporte público. Así que sobran maestras. Y ahora, en cada aula hay poco alumnado y, por lo tanto, se meten dos, tres, cuatro, cinco cursos en la misma clase.

Pero en las fiestas viene más gente que nunca. Y en los puentes, y hasta algunos fines de semana. Si se muere alguien, hay que llamar al cura, porque sólo está aquí los jueves y viernes. El domingo dice misa y se va. 

Globalización. ¡Qué bien funciona todo! La economía va de maravilla. El capitalismo se reinventa a diario. Las crisis ya se han superado. El propio sistema, por inercia, las vence y diluye.

Ahora nacen menos niños. Algunos matrimonios se van. Los jóvenes se van también. No hay futuro. En el colegio hay cada vez menos alumnado. Se eliminan plazas de maestras y maestros. Vienen profesores itinerantes y se crean centros rurales agrupados. Los médicos cambian frecuentemente, y las ATS. ¡Fíjate! Ahora, los martes, a las ocho de la mañana, la ATS saca sangre para los análisis y viene un taxi a por las muestras. Los curas son sudamericanos y duran poco. A veces "conectan" y a veces, no... 

Se crean mancomunidades y se invierten cantidades de dinero impresionantes, que, por ejemplo, podrían haber servido para mantener los servicios básicos. Pero se trataba de lo contrario, de exprimir un poco más estos espacios para sacar el jugo. Unos técnicos, bien pagados, dicen que habrá que visitar estos hermosos pueblos en diez años. Y han pasado ya el doble de años y dónde había, por ejemplo, cincuenta y cinco alumnos y alumnas ahora hay ocho. Pero sí, hay indicadores de rutas, aunque estén destrozados.

Hay ayudas de Europa, mucho dinero. Algunas personas hacen inversiones. En no sé dónde uno se ha arruinado. Y un poco más allá otro ha pegado un pelotazo. Se lo ha montado bien. Oye, ¡y cuánto alquitrán!¡Y que les sobra! ¡Y cemento!

Y de pronto, veinte, treinta años después...empiezan a hablar de la España "vaciada", de hacer estudios, de buscar soluciones, de crear mesas y comisiones y no se qué nosecuántos. En mi calle estoy yo sola. Pero eso sí, !han hecho rutas para el turismo rural!¡Cuánta gente va a venir!

Escuché que a Santa Teresa de Jesús una novicia le preguntó que cómo podía distinguir un pecado mortal de uno venial. Con su proverbial sabiduría dijo que a cualquiera se le puede colar un ratoncillo en su celda pero, si entra un elefante, todo el mundo se da cuenta.

Sin embargo, nadie pareció darse cuenta de lo que ha estado pasando durante cuarenta años con tanto paquidermo metiéndose estruendósamente en nuestros pequeños pueblos. El caso es que alguna que otra persona, cada cierto tiempo, decía que escuchaba un baritar muy sospechoso y muy cercano, en su misma calle.

 

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