lunes, 24 de febrero de 2020

Lo importante y lo que no…también en Educación. A propósito del estudio de un árbol, por poner solo un ejemplo.


Lo importante y lo que no…también en Educación. A propósito del estudio de un árbol, por poner solo un ejemplo.
FZS, febrero 2020.
Yo era muy joven, no recuerdo, debía tener once o doce años. Estaba a la entrada de la iglesia de mi pueblo el día más importante, quizás, del año, el día de la Virgen de la Sierra, la patrona de Villarrubia de los Ojos, Ciudad Real. Era ya el final de la procesión y allí había un gentío. La imagen de la Virgen estaba a escasos metros de mí, parada, con las autoridades religiosas y civiles y la banda de música. Empezó la traca, impresionante, espectacular, ruidosa y atemorizante. La gente se echaba para atrás por miedo a ser quemados con tantos petardos y tanta explosión, que retumbaba con fuerza. Repicaban las campanas y las palomas volaban despavoridas. Sonó el trueno gordo, anunciando el final de los fuegos. Había un ambiente de alegría, de emoción, de felicidad, que era fácilmente visible. Sonaba también el himno de España y, después, aplausos, vivas a la Virgen de la Sierra, coreados, a gritos, en masa, con emoción y devoción. Me volví a mirar a la Virgen y a rezar un Ave María. Un hombre, muy vinculado a la hermandad, creo que el presidente, decía, feliz, a su hijo, un año o dos menor que yo:
-Mira Tomás, todo esto está muy bien ¿a que sí?
-Sí, contestó el chico.
-Pero ahora, mira, date la vuelta, mírala, mira a la Virgen, mira su cara, parece que se ríe, que nos mira, que nos sonríe…¡eso es lo importante!.
Las personas de Villarrubia de los Ojos que puedan leer este texto ya habrán imaginado que estoy describiendo una vivencia real y que me refiero a Tomás Rabadán (qepd), y a su hijo, Tomás. Tomás era un hombre muy querido y respetado. Había estado muy ligado a la Hermandad de los Moraos y a la de la Virgen de la Sierra. Creo que no descubro nada si digo que era una buena persona.
Algunas veces recuerdo aquel momento y, de alguna manera, lo aplico a situaciones muy diferentes de mi vida. Así, cuando intento diferenciar lo que considero importante de lo que no lo es, de lo accesorio, de lo prescindible recurro a esa vivencia. Por un lado, el ruido, el espectáculo, el sonido, la música, el color, las formas, el movimiento…y, por otro, difícil de discernir y de definir o describir con precisión, lo importante.
Y ya, en un aula de Educación Primaria, en un colegio público, con alumnado real, con una legislación, con una normativa, con todo un complejo sistema organizativo, teórico, académico, administrativo, material y humano…surge la duda. Cuantas más veces, ¡mejor!
El libro de texto, los materiales virtuales del mismo, los recursos materiales, el quehacer cotidiano más o menos normativo,…y, en ese “gentío”, en ese “griterío” (aunque sea silencioso) estás tú, como profesional, como profesor o profesora, con tu alumnado, tomando decisiones, a diario, en cada clase, en cada minuto. Importante, prescindible, interesante, deleznable, imposible, obligatorio, recomendable, recomendado, perceptible, imperceptible, necesario, innecesario, procedente, improcedente, adecuado, adaptado, original, innovador, tradicional, práctico, arcaico, útil, autóctono, alóctono, endémico, preciso, tangible, perecedero, valioso, motivador, susceptible de mejora, a corto plazo, a medio, a largo…con interrupciones de todo tipo, con improvisación, con ocurrencias, propias o ajenas, hasta estructurales, con creatividad, con actividad o pasividad, …y queriendo siempre lo mejor que, preferiblemente, se tiene que acercar mucho, o totalmente, a la diana de lo importante.
Un ejemplo muy tonto. Estudiamos los árboles en los libros de texto. Los tenemos en el patio del colegio, en la calle, en el parque, a escasos metros, quizás, en el campo…Tronco, raíces, ramas, hojas, copa…Si no lo estudiáramos en el colegio, desde Educación Infantil y en Primaria ¿pasaría algo? ¿No lo aprenderíamos en casa, en la calle, en la tele…? Pero, el poema de Antonio Machado, el de Tagore, el origen español del Día del Árbol, en el siglo XIX, la creación de caligramas, las teorías que dicen que los árboles se comunican, que el bosque es una especie de macro organismo… ¿lo aprenderemos en algún momento? La belleza, la variedad, la importancia, la riqueza en todos los sentidos de los árboles, los sentimientos hacia los árboles, el Arte, la Literatura, la Historia, la Geografía, la Botánica, la Etnobotánica…¿trabajamos estos temas?
-El tiempo, Paco, el tiempo, parece mentira que a tus años no lo sepas…- es la respuesta, no tenemos tiempo…¡Tenemos tanto que hacer!, el libro de texto, la página de internet de la editorial, las actividades, la evaluación, los materiales que nos “regala” la editorial…la programación, la PGA, la coordinación, las competencias, ¡Hay tanto que hacer! Venga, avanza, no mires para atrás, que te vas a convertir en piedra. Corre, pasa página, adelanta, evalúa, que no se te olvide poner números incluso a los sentimientos.
Pero lo importante ¿qué es? Lo que tenemos delante, en nuestro libro, o lo que se asoma, rebelde, por nuestra ventana y, con algo de suerte y de viento, llama a nuestra ventana, ¡un árbol!






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