sábado, 23 de enero de 2021

El Morro Marruecos, un volcán poco conocido de Piedrabuena, Ciudad Real.

 El término municipal de Piedrabuena es uno de los más extensos de la provincia de Ciudad. En sus 56.000 hectáreas (560 km2) podemos encontrar tanto relieves montañosos -de edad muy antigua, del Paleozoico, con materiales predominantemente cuarcíticos- como otros mucho más recientes, de tipo volcánico. Los volcanes, en estas tierras, forman parte de lo que antiguamente se conocía como la Región Volcánica Central, mientras que hoy nos referimos a ese territorio, extenso y diverso, como Campo de Calatrava, aun cuando en varios casos se encuentren ya dentro de comarcas históricas, geográficas o naturales diferentes, como es el caso.

En Piedrabuena el aparato volcánico más conocido y estudiado es "La Arzollosa", que se encuentra protegido con la figura de Monumento Natural. También es fácilmente reconocible y visitable el maar o cráter de explosión del Lucianego. Sin embargo, son varios los edificios, materiales, formas y fenómenos que allí se encuentran y que tienen un gran interés geomorfológico, biogeográfico, y paisajístico.

En esta ocasión nos centraremos en el Morro Marruecos, edificio volcánico situado entre sierras cuarcíticas de la orogenia Varisca (antes nombrada como Hercínica), en la finca de montes públicos "El Rosario", a unos veintipocos kilómetros del casco urbano, en dirección Oeste, por la carretera de Navalpino. Desde la carretera hay unos tres kilómetros, en línea recta, hasta el volcán.

Este volcán está adosado a una de las sierras adyacentes, con una altitud de 800 metros snm. (El Morro de la Arzollosa tiene 773 msnm). Si accedemos por el collado, apenas si es perceptible. La sierrecilla a la que está unido, al Norte, sólo alcanza unos 65 metros más de altitud. Por la cara Sur el desnivel es mayor, algo más de 100 metros. Por allí discurre el arroyo de Valdelamadera (que bien merece ser conocido, por cierto). 

Los materiales sobre los que se encuentran son cuarcitas del Arenig en las partes altas y areniscas del Arenig-Llanvirn (3), materiales estos muy antiguos, del Ordovícico

El Morro Marruecos tiene una extensión de 34 hectáreas (2). Se trató de una erupción efusiva con una edad del Pleistoceno Inferior o medio. De manera que estamos hablando de un período comprendido entre los dos millones y medio de años y los ciento veinte mil años antes de Cristo.

En la cima de este cerro encontramos abundantes materiales líticos que nos sugieren el posible origen del nombre. Así, ese aspecto de berrocal podría estar detrás de este topónimo, aunque no pasa de ser una simple conjetura. Debemos aclarar que un "berrocal", también llamado "caos de bolas" es un tipo de relieve granítico, que nada tiene que ver con el que estamos hablando. Sin embargo, se aplicaba este nombre a "El peñasco que en forma de berrúga sobresale en los montes..." (sic)(1), como es el caso. Los materiales predominantes son nefelinitas olivínicas, según el mapa geológico de la serie Magna, escala 1:50.000.

Para la doctora Elena González Cárdenas se trataría de "...pequeños volcanes caracterizados por el escaso volumen de magma emitido y en consecuencia por dar lugar a edificios volcánicos de reducidas dimensiones. Se alinean en fracturas de dirección SW/NE.."(2) ya que al sur del Morro Marruecos se encuentran varios volcanes más. Aparece como "Berrueco" en el trabajo antes citado.

En el mapa topográfico nacional escala 1:50.000 del Servicio Geográfico del Ejército, hoja 17-30 (758) "Las Casas del Río" de 1994 aparece cartografiado como "Morro Marruecos". Aunque he preguntado a varias personas de avanzada edad desde hace muchos años nadie me ha sabido dar una explicación del topónimo. Además, tengo la sensación de que el enclave es más conocido en el vecino municipio de Arroba de los Montes. Tiene, a mi juicio, cierta explicación. Está más cerca y sus habitantes han tenido una tradición más silvo-forestal que los piedrabueneros.

Contamos con una información muy valiosa y abundante en cuanto a climatología de este territorio ya que allí se encontraba un observatorio meteorológico, El Rosario, que durante decenas de años recogió los datos. Resumiendo, podemos decir, siguiendo al doctor José Luis García Rayego (3) que en esta finca la temperatura media es de 15,35 grados y la precipitación llega a los 651 litros por metro cuadrado. Así, vemos como la pluviometría es considerablemente superior a la media del municipio, dadas, por un lado, su situación más al oeste, su carácter montañoso y quizás, también, boscoso (aunque sea un tema complejo y sujeto a discusión).

El volcán está cubierto parcial, e irregularmente. por vegetación de porte arbustivo, arborescente y, en menor medida, arbóreo. 

Son especialmente interesantes los acebuches ("Olea europaea" var. sylvestris) que allí se encuentran. Tienen una parte inferior muy ramoneada por los abundantes venaos ("Cervus elaphus"), con las hojas casi redondeadas y pequeñas, que poco recuerdan a las del olivo. Sin embargo, si levantamos la vista, observamos ya las formas lanceoladas y hasta las aceitunas, con mucha más ramoniza, y con aspecto de olivo. Además, en ese primer metro y medio del suelo, enmarañado y tupido de ramas y brazos, vemos una cantidad de líquenes que nos recuerdan a las cercanas encinas. Muy cerca están los pinares de repoblación pero también alcornoques y otras quercíneas. Abunda el tomillo (Thymus mastichina), con las preciosas peonías (Paeonia broteri). Recomiendo la lectura sobre la flora protegida de Piedrabuena y, en particular, el texto dedicado a los acebuchares, de Francisco José Sarrión Torres, Ramiro García Río y Francisco Cabrera Gañán, en la página 607 (4).

De gran belleza en esta época del año -invierno- son esas rocas negras, de formas subesféricas e irregulares, recubiertas de musgos, dando un aspecto alfombrado.

El acceso a la finca El Rosario está restringido. A escasos quinientos metros se encuentra la Vía Pecuaria denominada "Cordel de Navalrincón".

El Rosario es un Monte de Utilidad Pública, el número 49, gestionado por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Tiene una extensión de 2.010 hectáreas. Cuenta con pinares de repoblación y se explota cinegéticamente.



Cima del Morro Marruecos, edificio volcánico de Piedrabuena, Ciudad Real.
Detalle de las rocas volcánicas tapizadas de musgos, con ese aspecto alfombrado del invierno. Fotografía de enero de 2021.

Detalle de las ramas inferiores de un acebuche, con hojas pequeñas y casi redondeadas. Las ramas se encuentran cubiertas de líquenes.


Detalle de una de las rocas volcánicas, en septiembre de 2015.


(1) REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA (1796) (Edición facsímil,1990) "Diccionario de voces españolas geográficas". Aguilar S.A. de Ediciones. Madrid. 93 págs.

(2) GONZÁLEZ CÁRDENAS, Elena (2003) "Geomorfología de los edificios volcánicos del borde occidental del Campo de Calatrava: la cubeta de Piedrabuena". (Págs 405-421). En ALÍA MIRANDA, Francisco (Coord.) "Entre la Cruz y Miraflores: Piedrabuena, espacio histórico y cultural". Ayuntamiento de Piedrabuena, Piedrabuena. 420 págs. 

(3) GARCÍA RAYEGO, José Luis (2003) "Clima y paisaje vegetal en Piedrabuena", (Págs 385-404). En ALÍA MIRANDA, Francisco (Coord.) "Entre la Cruz y Miraflores: Piedrabuena, espacio histórico y cultural". Ayuntamiento de Piedrabuena, Piedrabuena. 420 págs. 

(4) SARRIÓN TORRES, Francisco José; GARCÍA RÍO, Ramiro y CABRERA GAÑÁN, Francisco (2006) "Flora protegida y hábitat de protección especial de Piedrabuena". (Págs. 595-618) En: ALÍA MIRANDA, Francisco y SÁNCHEZ FERNÁNDEZ, Pilar (Coords.) "Piedrabuena y su entorno: Arte, antropología, historia y espacios naturales". Ayuntamiento de Piedrabuena. Piedrabuena, 761 págs.

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