miércoles, 25 de marzo de 2020

Los ojos y ocelos de algunos invertebrados: el saltamontes "Anacridium aegyptium".

El año pasado escribí una breve entrada sobre los ojos y ocelos de las mantis, en concreto sobre la mantis africana (Sphodromantis viridis). Hoy he fotografiado, con ayuda de mi hijo Paco, los de un saltamontes "Anacridium aegyptium". Este es, quizás, el más conspícuo en nuestros pueblos y ciudades, y alcanza un tamaño considerable, unos ocho centímetros, en el caso de las hembras.
Yo lo recuerdo desde mi infancia y algunos me acompañaron durante mucho tiempo, en otoños, inviernos y primaveras. Se les suele ver en los árboles, pasando el período invernal, y en alféizares de ventanas o detrás de persianas.
Cuando están creciendo tienen una coloración verde preciosa, con puntitos amarillos. Y es posible disfrutar, también, del espectáculo de la muda, incluso en el interior de las ciudades.
Lo cierto es que, como siempre, si miramos con calma, con detenimiento, veremos esos ojos grandes, a rayas, tan peculiares. Más difícil es percibir los ocelos, pequeños órganos de visión, en este caso, dos, situados junto a los ojos y, otro más, ya en la parte delantera de la cabeza, sobre la boca, cerca de las antenas, en la frente. De manera que el saltamontes cuenta con cinco órganos de visión, dos ojos y tres ocelos.



El ejemplar se encontraba y encuentra en el patio de nuestra casa, en Piedrabuena, Ciudad Real. Lo llevamos viendo y fotografiando varios días. Lo he capturado para hacerle la sesión de fotos y puesto en libertad a los pocos minutos.


 El mismo ejemplar hace unos días.


Ejemplar en Piedrabuena, en el interior de la vivienda.

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