miércoles, 18 de marzo de 2020

Mi cuaderno del coronavirus, 3.

Hoy, 18 de marzo de 2020, miércoles, he recordado que el sábado pasado, en el programa taurino Tendido Cero de RTVE comentaban que, una vez más, los llamados medios de comunicación social, al hablar de las numerosas suspensiones de actos, actividades y espectáculos, por el COVID-19 se habían olvidado de citar los toros, el segundo espectáculo en número de espectadores de España, por detrás solo del fútbol. Curioso dato.
Lo cierto es que mi viaje a Ciudad Real para recoger unas pruebas médicas me ha dado imágenes y vivencias insólitas. Así, en la clínica Quirón el aparcamoento, a las diez y media de la mañana, presentaba una mayoría de plazas vacías, frente a la ocupación total de cualquier día. Ya dentro, en lugar de dos o tres personas en el mostrador, personas esperando y otras dos dos o tres de alguna ONG a la entrada, había solo una. Al fondo, no se veía un alma, en el reparto de números y citas. De hecho, una de las operarias salía a fumar a la calle. Sin embargo, justo en frente, hay una obra y los albañiles no han parado su actividad.
En el mostrador, a más de un metro de distancia, he preguntado que si la distancia era la adecuada y,la administrativa me ha dicho que sí. Me ha dejado las pruebas a distancia y se ha retirado.
Por la ciudad se ven todos los bares y otros establecimientos cerrados. Llamo a otra clínica, a la que debo llevar losresultados, y no me contestan. Me acerco y está cerrada y no contestan al portero automático. Veo que hay personas esperando para entrar en una farmacia. Hay un cartel que dice que el máximo aforo es de dos personas. Proliferan las mascarillas e incluso los guantes.
Me dirijo a un hipermercado, Leclerq. El aparcamiento ya no está lleno, como los dos últimos días. Seven muchos guantes por el suelo. Dentro pregunto por los guantes, pensando que sería cono en el Dia, de Ciudad Real o La Despensa, de Piedrabuena, y el guardia jurado me dice que no hay.
En el interior presencio una escena que llama la atención de varias dependientas de la pescadería y de los clientes. Un hombre ya mayor, se para y se acerca mucho a un joven, con mascarilla. Habla un buen rato.Una de las pescaderas, ya cuando el hombre mayor se aleja, se queja del comportamiento. El joven dice que si le pega dos h...ya mismo te acusan de parricidio, que es su padre, que tiene ochenta años y que no entra en razones, por más que le digan las cosas. El hombre, por cierto,va estornudando abiertamente.
En la pescadería se guardan las distancias tanto entre la clientela como con respecto al pescado. En las cajas, distancias de un metro o más, en general.
Vuelvo a Piedrabuena. Me escapo un rato al campo. Me cruzo con un coche, mientras camino. Me salgo del camino. El conductor me dice adiós.
Hace aire, está parcialmente nublado y hace casi frío.En las flores de diente de león hay escarabajillos verdes, metalicos, brillantes, copulando. Me fijo en que no se mueven con el viento. En algunas flores hay varios ejemplares, alimentándose. En unos charcos hay varias moscas que se posan y despegan demasiado rápido para que las capte con el móvil. Vuelvo a casa. Circula un bulo sobre una hipotética fumigación del pueblo con un helicóptero. Ayer había quién decía que vendrían los militares.
Por la noche me entero de que un matrimonio de Villarrubia de los Ojos que conozco se encuentra hospitalizado. Mensaje del rey, Felipe VI, siguen subiendo el número de víctimas mortales, de contagios y de curaciones. 
Ayer, por Piedrabuena, dos personas iban con un mono blanco tipo buzo, con mascarilla y mochila, trabajadores del ayuntamiento, que van desinfectando, parece ser, lugares públicos. También vi a varias mujeres del servicio de limpieza municipal, de los planes de empleo. No me parece ni lógico ni correcto.
Vuelvo a Piedrabuena.

No hay comentarios:

Publicar un comentario