Hace ya muchos años me dí cuenta de cómo determinadas calles iban creciendo en altura. Sí, me refiero al pavimento. En un caso concreto del pueblo de Arroba de los Montes, una casa necesitó de una pequeña obra para elevar el poyete de acceso e impedir que entrara el agua, ya que el interior de la vivienda se había quedado a unos veinte o treinta centímetros por debajo de ese nivel. El proceso es bien simple, de entrada: empedrado, se echa cemento encima, y quizás se vuelva a encementar y, llega el momento del alquitrán, y ya está todo resuelto. En Villarrubia de los Ojos observé que, tras las dos extraordinarias tormentas del mes de mayo de 2007 buena parte del casco urbano se inundó. En una de esas calles había un establecimiento. Entré al cabo de un par de meses. Se veía la marca del agua, de unos cinco centímetros, en las paredes. El dueño me comentó los detalles. Lo curioso es que eran esos o algunos más los centímetros que había crecido la calle, con su alquitranado sucesivo, por cierto, sobre un adoquinado de basalto que se encontraba en muy buenas condiciones.
Y lo mismo observo en algunas carreteras. Voy a uno de esos tramos que se quedan condenados, tras las obras de mejora de algunas carreteras. Para mí son verdaderos pequeños paraísos en los que puedo disfrutar del paisaje, ver las plantas, hongos, líquenes, musgos, fauna...Pero de un tiempo a esta parte cada vez son menos esos pequeños apartaderos. El escalón que van generando los sucesivos reasfaltados hacen imposible el acceso para coches que no sean todo terreno. Una verdadera pena.
Alguien me dijo una vez, precisamente un arquitecto, que es que tiene que ser así.
Además, esos espacios, debidamente señalizados para eliminar por completo el peligro del tráfico, podrían limpiarse de escombros generalmente de la propia vía, y convertirse en puntos de observación de la Naturaleza. La carretera de Navalpino, entre Arroba de los Montes y Piedrabuena es un buen ejemplo. Otro punto hoy inaccesible se encuentra muy cerca de Alcoba de los Montes. Lo dicho, una pena.
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