Desde que era pequeño he venido escuchando que en España nuestros pueblos no están bien señalizados en las carreteras y autovías. Ahora se puede pensar que con el uso de las tecnologías satelitales ya está todo solucionado. Pero algunos pensamos que no. Defiendo y defendemos que los mapas siguen siendo necesarios y que los indicadores, además de ser muy útiles aportan una información tan tan valiosa como que pueden o podrían salvar incluso vidas humanas y evitar accidentes.
Y es que no es normal que se salga de Málaga por la autovía que conduce a Granada y Córdoba, por ejemplo, y se vean cinco, seis o siete carteles enormes que nos informan de que el río que cruzamos es el Almedina y que, sin embargo, haya pueblos que no se mencionan incluso estando muy cercanos a una vía de comunicación como puede ser una autovía o una carretera nacional. Me viene a la mente el caso flagrante y continuado de Villarrubia de los Ojos, o, más recientemente, el de Cózar, en Valdepeñas, en la provincia de Ciudad Real. Tienes que saber que ese municipio, digno de ser visitado y conocido, por cierto, se encuentra a partir de una bifurcación, de otro que sí esta señalizado, Alcubillas. Y tampoco se dice que unos kilómetros antes de Alcubillas se encuentra el Pozo de la Serna.
No se podrá decir que es por falta de medios, cuando tantos carteles se ven y se siguen instalando por todas partes, con una muy cuestionable utilidad.
Y en cuanto a los mapas, cuando yo era pequeño, y no tan pequeño, en todas las gasolineras solían tener mapas de carreteras de toda España. En algunas, además, los tenían en preciosos mosaicos. Hoy, hasta dónde tengo conocimiento, en las gasolineras, se puede comprar casi de todo -a veces también mapas- pero ya no podemos acercarnos a esos extraordinarios mapas en los que venían todas las carreteras y todos los municipios, incluyendo a veces hasta la distancia kilométrica entre cada localidad.
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