sábado, 10 de julio de 2021

Sobre el creciente consumo de carne, la aznarada de Pedro Sánchez y el agua, incluso en muchos lugares de la Mancha.

 Hace unos días el ministro de Consumo, Alberto Garzón, hizo unas declaraciones apuntando la necesidad de reducir el consumo de carne en España, por varias razones. Una de esas razones tiene que ver con los problemas de salud, que parece ser no cuenta para la inmensa mayoría de los políticos españoles ni para la llamada opinión pública. 

Otra razón de peso tiene que ver con la contaminación que generan las macro-granjas, que tanto están proliferando en los últimos años. Nadie tampoco ha dicho nada al respecto. 

Una tercera razón, demostrada científicamente, tiene que ver con los impresionantes consumos de agua que son necesarios para producir carne de vacuno, por ejemplo...

Y a todo eso el presidente del gobierno de España, Pedro Sánchez Castejón, del PSOE, contesta con lo que se podría denominar sencillamente como una "aznarada", es decir, con una barbaridad de mal gusto, descalificando abiertamente a su ministro. Y, a partir de ahí, se desencadena todo un espectáculo grotesco en el que incluso expertos "todólogos" comienzan a posicionarse del lado del error, de la tendencia equivocada, de la negación de la evidencia.

Se habla del número de empleos que hay en España en torno a la carne, supongamos que son ciertos, como si de lo que se hubiera hablado fuera de algo así como de una restructuración ganadera y cárnica.

 Aparecen unos y otros y los de más allá defendiendo a los pobres ganaderos, a los sufridos carniceros, a los artesanos y a no se sabe cuantos gremios más. Pero ¿tan difícil es entender unas declaraciones basadas en datos científicos? ¿Quién ha hablado de ese cúmulo de desatinos? ¿Qué tiene que ver que se puedan seguir produciendo chuletones de los que le gustan al presidente de gobierno con lo dicho por el ministro? ¿Tenemos que callarnos todo elmundo y reir las gracias del jefe del Ejecutivo? Nos recuerda mucho a aquello de Aznar con las hamburguesas y su aguda e inteligente defensa de la libertad.

También podría haber dicho el presidente del gobierno que donde esté un pollo de corral o un conejo de caza o un pichón...con pico y ala, que se quiten los chuletones esos de Ouka Lele. Pero no, aquí, en España, tenemos que seguir los dictados que vengan de arriba, es decir, del norte y del oeste. 

Lo de la dieta mediterránea está muy bien para soltarlo de vez en cuando, como lo del desarrollo sostenible y la defensa de la Naturaleza y la Transición Ecológica...¿Transición ecológica con chuletones de menú? Nos recuerda a aquella frase tan curiosa y criticada..."Era de noche y, sin embargo, llovía". Se le atribuye a varios escritores del siglo XIX. Lo curioso es que en el Reino Unido también se la adjudican a algunos de sus literatos. Pues eso, que, el presidente de gobierno de España y un sinfín de seguidores van haciendo camino ... al hablar con esa finura, elegancia y sentido del compromiso, con la objetividad que les caracteriza.

Para terminar, hace unos días salí a pasear con mi mujer. Llegamos a lo que llamamos río Gigüela, un afluente del Guadiana. Ni una gota de agua...desde hace años. Por suerte, localizamos un charco en el cauce. ¡Impresionante! En muchos kilómetros a la redonda, verdean los cultivos de regadío de viñas,  y olivares en espaldera. Además, almendros y pistachos completan el paisaje. 

En Daimiel, a veinte kilómetros, veo pancartas contra una macro-granja de cerdos. Y el parque Nacional de las Tablas, también, sigue seco. Es curioso, hace solo unos años vino aquí el presidente Sánchez con un autocar de la Ejecutiva Nacional de su partido, a ver los tablazos y a hacerse algunas fotos.






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