sábado, 14 de septiembre de 2024

La Asociación "Bullaque vivo" sigue recogiendo firmas contra el proyecto de macro granja de cerdos en El Robledo.

 Ayer, 13 de septiembre de 2024, viernes, primer día de las fiestas patronales de Piedrabuena, Ciudad Real, miembros de la Asociación "Bullaque vivo" estuvieron recogiendo firmas contra la proyectada macro granja de cerdos en las inmediaciones del río Bullaque, en la aldea de Las Tiñosillas, término municipal de El Robledo. Allí, a setecientos metros de la zona de protección del río Bullaque -una verdadera joya de la Naturaleza- y a unos 12 kilómetros de distancia del Parque Nacional de Cabañeros se quiere instalar esta empresa, que engordará dos granjas de 1.990 cerdos cada una. Se dice que no contaminará ni el suelo, ni las aguas subterráneas del acuífero 22 detrítico-pliocuaternario del Bullaque, ni las aguas del río -aunque pasa un arroyo pegado a la parcela en cuestión- ni al aire. También se afirma que allí no hay ni animales ni plantas protegidas. 

Pero allí, en Las Tiñosillas, ya hubo una granja de cerdos y el agua de los pozos se contaminó, como es lógico. La consejera de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha hizo unas declaraciones muy poco afortunadas el pasado 9 de septiembre de 2024. Parece ser que ha rectificado. Venía a decir que la documentación aportada por la empresa había sido supervisada por los técnicos y estaba en consonancia con la legislación ambiental. De manera que la decisión recaía en el ayuntamiento de El Robledo. No se corresponden esas declaraciones con la realidad.

Lo cierto es que ayer se recogieron unas 150 firmas para entregar al ayuntamiento de El Robledo. Hoy, sigue la recogida. Todavía hay esperanza de que se pueda suspender esta iniciativa que tan nociva sería para el río Bullaque y los pueblos ribereños. 






Impresionante colonia de nenúfares blancos (Nymphaea alba) de varios miles de metros cuadrados, aguas abajo de la ubicación de la macro granja de cerdos, en el río Bullaque.

lunes, 9 de septiembre de 2024

Sobre la traída de la Virgen de la Sierra en Villarrubia de los Ojos a principios del siglo XX.

 Ayer, 8 de septiembre de 2024, domingo, se celebró en Villarrubia de los Ojos el día de la patrona, la Virgen de la Sierra. Misas a las nueve y a las doce -la función- a la que se acude media hora antes para conseguir asiento-, repique de campanas, convite de la Hermandad, procesión y traca, además de los actos festivos no religiosos y de los más espirituales, personales y familiares, de los que no se suele hablar. 

Desde este rincón quiero aportar unos detalles de unas lecturas de documentos antiguos que me parece que pueden ser interesantes.

En el mes de agosto del año 1903, como venía sucediendo desde hacía bastante tiempo, se reunieron el alcalde y algunos concejales del ayuntamiento para, entre otros asuntos, tratar de la bajada de la imagen de la Virgen de la Sierra. El cargo de primer edil recaía en el abogado don Bernardo Marín del Campo, y los concejales que asistieron a ese pleno extraordinario fueron don Vicente Redondo, don Eloy García y don Francisco Espinosa. 

Acordaron que "las tradicionales fiestas" tendrían lugar del 7 al 14 de septiembre "para honrar el Natalicio de Nuestra Patrona la Santísima Virgen de la Sierra". El traslado "procesional" se haría el 30 de agosto, a las dieciocho horas. 

La fiesta "cívico-religiosa", comprendía la llamada "Oración Sagrada desde la Cátedra del Espíritu Santo" del predicador padre Carrillo. Se estipulaba que se le abonarían los gastos del viaje y una parte de las limosnas que "conceptúe suficiente la Comisión de festejos". Igualmente se acordaba comunicar las medidas adoptadas al cura párroco, al capellán y a la camarera mayor. Además, se nombraba a un concejal para que asistiera al traslado "de tan sagrada imagen", don Francisco Espinosa, al que se le abonarían  "los gastos consiguientes".

Nos llama la atención la figura de los postulantes durante la bajada. Eran jóvenes elegidos por el ayuntamiento. Este año fueron don Juan Francisco Bastante, don Agustín Fernández-Bravo Ortiz y don Silvio Ramírez y Cid. Su misión era "postular", es decir, recolectar los fondos durante la "carrera que lleva la procesión" para aplicarse al culto de la Virgen. Ese dinero se daría al depositario, don Antonio Díaz. 

Nada más se decía en el acta de esta sesión. Posteriormente se aprobaba el gasto que se había adjudicado al representante municipal.

Lo curioso es que ese año la Virgen de la Sierra fue traída también en primavera al casco urbano, dada la difícil situación agrícola que se estaba produciendo. El 13 de abril, "lunes de pascua de resurrección" el ayuntamiento acudiría a la función llamada "Voto de Villa" al templo parroquial en lugar de hacerlo en el santuario, ya que "tan sagrada imagen" se encontraba en el pueblo. Ya en mayo, el día 24, se subió a la ermita. Desconocemos el resultado de la rogativa pero poco menos de un mes después dos vecinos dieron el aviso al ayuntamiento de la rotura de la cibanca del río Gigüela, en el sitio del Horcajo, aguas arriba del puente de la carretera de Daimiel. Es de suponer que habían llegado las tan esperadas lluvias. 

¡Felices ferias y fiestas! ¡Viva la Virgen de la Sierra!






Escenas entomológicas, 67. Las esfinges de la lechetrezna de mi calle.

 Este verano he localizado dos ejemplares de esfinge de la lechetrezna en mi calle, Emilio Nieto, de Villarrubia de los Ojos, Ciudad Real. La primera la vi el 8 de agosto de 2024 en el suelo, en un poyete de una puerta. La segunda ha estado dos días seguidos en la portada de mi casa. Hubo un momento en el que pensé que podrían ser la misma. Acabo de comparar dos fotografías y parece evidente que no lo son.


Esfinge de la lechetrezna el 8 de agosto de 2024.

Esfinge de la lechetrezna el 5 de septiembre de 2024.



viernes, 6 de septiembre de 2024

Escenas entomológicas, 66. Sobre la esfinge y tres polillas en mi casa.

 La esfinge de la lechetrezna (Hyles euphorbiae) sigue, al menos desde ayer por la mañana, en el mismo sitio. Me he dado cuenta de que hace un mes aproximadamente vi y fotografié otra en la acera de enfrente. Me pregunto si será la misma. Esta mañana me he encontrado también en el patio de mi casa una "Palpita vitrealis" que a duras penas se sujetaba al suelo para que no se la llevara el viento. En cuestión de minutos ya no estaba. Me he puesto a buscarla y me he encontrado con otro micro-lepidóptero. Al cabo de un rato he localizado la "Palpita" y me he explayado un poco, fotográficamente hablando. Me he tumbado y le he hecho algunas fotos de carnet, aunque con la ausencia de una iluminación adecuada las fotos dejen bastante que desear. Los detalles, a escasos veinte centímetros de distancia y con un objetivo macro de 60 milímetros, te revelan toda esa belleza que a simple vista pasa desapercibida.

Salgo a la calle para coger una carpeta de mi coche y veo otra polilla. Está en la acera, a escasos tres metros de mi puerta. No salgo de mi asombro. Me resulta familiar pero no recuerdo el nombre. Vuelvo rápidamente con la cámara. Tras buscarla en internet veo que es la procesionaria del pino (Thaumatopoea pityocampa). 

Y subo a mi casa entusiasmado con estas mariposas y escribo un subpoema a la "Palpita". Descubro que tiene un nombre común que no conocía, glifodes o polilla de jazmín, y que se puede convertir en plaga para los olivos y el jazmín. Y empiezo a comprender su presencia, tan cerca del jazmín de mi infancia, que plantó mi padre, que en paz descanse, hace tantos años.

Procesionaria del pino.





"Palpita vitrealis".



jueves, 5 de septiembre de 2024

Las aceras, territorio incierto pero muy necesario.

 Desde pequeño escuché hablar de "mi acera" pero pronto los adultos me explicaban que las aceras son públicas y, por lo tanto, no son propiedad privada. Pero con el paso de los años y de las décadas he llegado a pensar que se trata de un territorio tan incierto, dependiendo de varios factores, como para que surjan dudas. Por ejemplo, en algunos pueblos de la provincia de Ciudad Real se viene siguiendo la curiosa costumbre de no pavimentarlas si los solares adyacentes no están construidos o en el centro urbano. Es el caso de Piedrabuena. Allí hay tramos de aceras que llevan más de treinta años sin que les haya caído ni un gramo de cemento. No parece pasar nada porque son barrios con poca población y escaso tráfico y se camina mejor por la calle. No se puede achacar a los cambios de gobierno municipal porque esa alternancia no se ha producido. Llama un poco la atención si recordamos que era un promesa del entonces candidato. Tampoco hay aceras en una parte considerable del parque, en las cercanías del Instituto de Educación Secundaria.

En otros casos, en algunos pueblos, se pedía a los vecinos y vecinas que colaborasen con una cantidad de dinero en función de los metros lineales de fachada para el arreglo de las calles o del acerado. Había personas que, sencillamente, se negaban. No había contrapartida por parte del ayuntamiento pero sí se detectaba que algunos vecinos y vecinas reforzaban esa concepción de la propiedad de este espacio. Sí, hablo de Villarrubia de los Ojos, pero de hace mucho tiempo. 

En ocasiones he visto, sufrido y fotografiado aceras imposibles. Por ejemplo, si vas por una acera y de pronto tienes un poste de la luz o, sencillamente, se va estrechando hasta desaparecer o te encuentras con un escalón que la ocupa o con un poyo, te planteas esa duda de la que hablaba al principio. 

En Ciudad Real había una en la calle Virgen de la Estrella pero, afortunadamente, se solucionó el disparate el año pasado. Pero sigue habiendo un corte para los viandantes que supone un verdadero peligro, en las carretera de Carrión en el sentido de la salida de la ciudad. Y es que se cruza el Ave por debajo por una acera con protectores y la misma desaparece de repente. 

Cuando fui más consciente de este tema fue cuando nacieron mis hijos y los llevábamos con el carrito pero, en realidad, desde pequeño me fijaba en estos detalles. Por ejemplo, llevaba a un familiar ya de avanzada edad a misa y el recorrido, corto, suponía toda una prueba de obstáculos.

Decía un arquitecto que la calidad humana de una ciudad se medía por la altura de sus aceras y sus bordillos, añadiendo que hay ciudades de Estados Unidos en las que no hay. Yo personalmente creo que son necesarias, muy necesarias. Se me dio el caso contrario. En un pequeño pueblo de los Montes de Toledo eran muy pocas las calles que las tenían. Un hombre muy mayor, con una visión prácticamente nula, iba a diario al bar a tomar café o un botellín. Un día se cayó y sus hijas se preocuparon. Pero él quería seguir saliendo, y solo. Y se volvió a caer. La causa no era otra que la nueva acera, más decorativa que efectiva o verdaderamente necesaria, que el ayuntamiento había construido. El buen abuelo dejó de salir solo y ya dependía de una segunda persona. La acera allí sigue, sin uso alguno, porque nadie la transita. Detallitos de la urbanalización, que también incide en los acerados.

Las "intervenciones" muy cuestionables o, directamente ilegales o alegales que he ido viendo en estos territorios tan inciertos son muchas. Así, la construcción de escaleras o escalones y poyos, las rampas que sobresalen del nivel o los rebajes que puedes ser incluso peligrosos o la instalación de "mobiliario" urbano. Pero ¿qué decir de las terrazas de bares y restaurantes que suponen, en la práctica, una casi total privatización y un obstáculo?¿Y de los maravillosos bolardos?¿Y de las máquinas expendedoras o de juegos infantiles?¿Y de los toldos que cortan el tránsito o cuyas barras metálicas están a la altura de la cabeza o del cuello? ¿Y de las rejas que sobresalen demasiado?

Y es que los usos indebidos que vemos a diario son muy variados: aparcamiento indebido, urinario no solo de perros e inodoro de cánidos, o almacenes temporales o estructurales, escaparates o expositores comerciales, tendederos o verdaderos jardines botánicos privados abiertos al público.

En fin, en mi modesta, incómoda y casi seguro que molesta opinión, que solo quiere ser positiva y constructiva, habría que darle un buen repaso a estos territorios tan necesarios como inciertos, para mejorar lo que fuera necesario y no para gastar dinero inútilmente, como se suele hacer.




Yo creo que en la Troya clásica no había llamas...como aparecen en la película de Wolfgang Petersen de 2004.

 Yo creo que en la Troya clásica no había llamas...como aparecen en la película de Wolfgang Petersend de 2004.



Una preciosa señal de tráfico triangular en la laguna de Navaseca, Daimiel, Ciudad Real, España.

 Las señales triangulares indican peligro. No obligan sino que informan y, de alguna manera, nos piden precaución. En el camino que va desde Daimiel a Villarrubia de los Ojos, pasando junto a la laguna de Navaseca -hoy, siempre con agua-, en el término municipal de Daimiel, encontramos esta preciosa advertencia. Ojalá cundieran el ejemplo, la sensibilidad y el respeto requerido para con estos animalejos tan necesarios como vulnerables. ¡Enhorabuena a las personas e instituciones que la han hecho posible!

¿De dónde proceden los garbanzos del cocido que hice y comí ayer?

 Ayer, 4 de septiembre de 2024, miércoles, hice un cocido de garbanzos. ¿De dónde procedían los garbanzos? Pregunté a mi hijos. Si lo adivinaban ganarían un extraordinario premio de tres euros. Tenían la posibilidad de decir cinco países, pero ya les avisé de la dificultad de la prueba que les acababa de proponer. Yo me acababa de quedar boquiabierto. Mi mujer buscó rápidamente en internet y, efectivamente, ese lejano país es uno de los mayores productores de estas leguminosas de nombre científico "Cicer arietinum".

Por si fuera poco el misterio, la empresa que los envasa y comercializa es de Albacete. En fin, efectivamente, se trata de...¡Canadá!, el décimo productor mundial de 2018, según la Wikipedia, con 311.000 toneladas, es decir, 311 millones de kilos. 

En Piedrabuena, Ciudad Real España, curiosamente, desde hace, como mínimo, un siglo, el cultivo del garbanzo ha sido bastante importante, siendo especialmente sembrados en las tierras negras del volcán de la Arzollosa. El garbanzo de la Arzollosa es más pequeño que el lechoso. Yo diría que se trata del llamado Pedrosillano pero no me atrevo a afirmarlo categóricamente. Además del autoconsumo se vende en algún que otro establecimiento del pueblo, no necesariamente de alimentación.




Escenas entomológicas, 65. Más invertebrados en la puerta de mi casa.

 Yo ya he escrito sobre los muchos invertebrados que me encuentro en sitios tan conspícuos como la puerta de mi casa o la de mi trabajo. Nunca olvidaré mi primer berítido en la mismísima cerradura de mi colegio, cuando llegué por la mañana.

Esta semana en Piedrabuena me he encontrado una polilla llamada, en inglés polilla de las cuatro manchas "four spotted moth", (Tyta luctuosa) y hoy, en Villarrubia de los Ojos, tras abrir la portada, de madera y un tanto deteriorada, veo una enorme y preciosa esfinge de las lechetreznas (Hyles euphorbiae). La fotografío, cierro la portada y allí sigue, sin inmutarse por el ruido y el movimiento. Vuelvo a la media hora y no se ha movido. Pero, tras abrir la puerta, veo unas avispas alemanas (Vespula germanica) devorando una langosta egipcia (Anacridium aegyptium). En fin, espectáculos vitales y entomológicos en todas partes que, además, se convertirán en citas en la página de Ciencia ciudadana "Observation.org".

Avispas alemanas devorando una langosta egipcia.

Esfinge de las lechetreznas.







Polilla de las cuatro manchas (Tyta luctuosa).


Escenas entomológicas, 64. Escorpiones amarillos o alacranes (Buthus occitanus) dentro de casas en el campo.

 El escorpión amarillo, escorpión común o alacrán (Buthus occitanus) es uno de los invertebrados más temidos de España, si no el que más. El refranero ha dejado constancia de ese sentimiento de miedo. En la provincia de Ciudad Real, al menos en los pueblos en los que he vivido o trabajado, el más usado, si no el único, dice: 

"Si el alacrán viera y la víbora oyera 

no habría hombre que al campo saliera".

Como vemos se equipara en peligrosidad el alacrán con la víbora hocicuda (Vipera latastei), lo que demuestra que el conocimiento sobre los efectos de la picadura de este arácnido dista mucho de la realidad. Además ,estos seres tan curiosos sí tienen ojos. Son nocturnos y parece ser que no es su sentido más preciso para cazar. En Colombia se está estudiando esta cuestión. El investigador Daniel Gutiérrez Kemenes ha llevado a cabo varios experimentos y conseguido resultados que pueden arrojar luz sobre la vista de otros invertebrados.

Cuando yo era pequeño me contaban que a una tía mía le picó un alacrán en la mano. Estaban en el campo, a doce kilómetros de distancia del pueblo y no había teléfono ni medio de transporte disponible. Frieron el alacrán y el aceite se lo aplicaron en la mano con lo que se le curó el efecto de la picadura. Era muy típico el relato de los alacranes que preferían inyectarse el veneno y morir al verse rodeados por el fuego. 

Cuando comencé a coger alacranes ya tendría yo trece o catorce años (1975 y siguientes). Mi idea era "cuidarlos" y estudiarlos. El primero, debo confesar, murió abrasado. Y el segundo debió correr la misma suerte porque se lo dejé a un amigo. Los cogía debajo de las piedras, con botes de cristal y tapas metálicas en las que hacía dos o tres agujeritos con un destornillador o cuchillo. Llegó el momento también de alardear delante de las chicas, cogiéndolos con las manos y soltándolos rápidamente o poniendo la mano en su trayectoria para que subieran sobre ella y después, la sacudía con fuerza, es decir, hacía el tonto como un verdadero profesional y corrí riesgos innecesarios, pero el poder de esos llamados "mensajeros químicos del cuerpo", osea, las hormonas, era tremendo.

Aquella época pasó pronto y ya solo los cogía para alguna actividad educativa o para traslocar a los que pudieran aparecer en situación poco favorable para ellos.

Los he seguido viendo y fotografiando con cierta frecuencia. Hace ya unos veinte años una amiga de Piedrabuena me comentó que en su casa, entre olivares, a cinco kilómetros del casco urbano, los veía y se metían incluso dentro de su vivienda.

Y esta semana un amigo de Villarrubia de los Ojos me cuenta algo parecido. Los ha cogido en la entrada y dentro de su casa, situada a las afueras del pueblo, también entre olivos.

Comenzamos a buscar información. Internet, una llamada telefónica, varios correos electrónicos y una pregunta a un amigo nos aportan algo de luz.

Desde proteger lo mejor posible los "accesos" a la casa por pequeños que sean, fumigar por empresa especializada, utilizar algún insecticida (en realidad debería ser un "aracnicida"), utilizar algunas plantas como la "lavandula" o soltar gatos han sido las propuestas recogidas. Desconozco si esta última es verdaderamente eficaz pero me aseguran que sí.

Creo que no estaría de más hacer una búsqueda lo más exhaustiva posible en los alrededores y, como propone también otro amigo, hacerse a la idea, estar siempre muy pendiente y no andar descalzo nunca. Desde luego debe tranquilizar un poco ser consciente de que la hipotética picadura no es tan peligrosa como afirmaban los refranes recopilados por Monzón Muñoz y Blanco Gil. Por ejemplo:

"Si te pica el escorpión

coge la pala y el azadón".

La estadística dice que en España no se producen muertes por esta causa y no pasa de provocar dolor y algunos efectos como vómitos o fiebre en algunos casos. 

Nos surgen algunas dudas. ¿Porqué se deciden estos escorpiones a entrar en las casas? ¿Son capaces de trepar por las paredes, como se dice en algunos textos de la red? ¿Son verdaderamente efectivos los gatos domésticos para eliminar la presencia de los alacranes? 

En fin, seguiremos prestando atención a estos casos concretos para ver cómo se van desarrollando. Al matrimonio que vive en la casa en la que llevan entrando alacranes desde hace años nunca les ha picado ninguno y verdaderamente han sido muy pocos los descubiertos en el interior. La mayoría han sido localizados en las inmediaciones o en la entrada.

Ahora siento cierto rubor e inseguridad al decir que hace años escribí lo que denomino un "subpoema", dedicado a un alacrán con el que, de alguna manera, siento que mantengo una relación especial, pues todos los años le hago una visita, molestándolo, estoy seguro, pero sin hacerle más daño. Lo titulé "Amigo alacrán".



domingo, 1 de septiembre de 2024

Una muy buena granizada en Ciudad Real, el pasado 30 de agosto de 2024.

 El pasado 30 de agosto de 1924, a las 19:30 aproximadamente, cayó una buena granizada en las cercanías del río Guadiana, en las inmediaciones de la granja Cantarranas. Como se puede ver en las fotografías se trató de "piedras" de muy considerable tamaño.





Sobre el vocablo geográfico "cibanca", utilizado en Villarrubia de los Ojos, Ciudad Real.

 En Villarrubia de los Ojos, provincia de Ciudad Real, se utiliza bastante el vocablo "cibanca" para denominar la orilla del río Gigüela. No aparece ni el Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia, edición de 1992, ni en la digital, ni en el extraordinario diccionario de María Moliner. Tampoco consta el el "Diccionario de voces españolas geográficas" de 1796 ni en el de Fernando González Bernáldez de 1992 titulado "Terminología popular de los humedales". En este podemos leer la palabra "cilanco" que significa:  

"charca que deja un río al retirarse tras una crecida. Corresponde a las lagunas marginales de las llanuras de inundación que ocupan depresiones  de origen variado (meandros abandonados, huecos entre el albardón y el lecho de inundación, etcétera). Sinónimos: galacho (aragonesismo), derrames del río, pozanco". (Sic).

Además, como término no editado en su momento, -1933-1936- encontramos la palabra en cuestión en masculino, "cibanco" con un significado que podría dar sentido a nuestra "cibanca". También es sinónimo de "cibanto". Estamos hablando del "Diccionario histórico de la lengua española". la definición es la siguiente:

"CIBANCO. m. desus. Cibanto, risco o peñasco..."

"CIBANTO. m. Sal. Acantilado, escarpe vertical del terreno..."

Aunque el río Gigüela discurre por la llanura en nuestro pueblo sí conviene recordar que el cauce, antes del encauzamiento de los años 60 del siglo XX, era lo suficientemente profundo -entre uno y dos metros, o poco más-como para que se pudiera hablar de un "escarpe". El río, los años de abundantes precipitaciones, se desbordaba -en realidad sencillamente ocupaba todo su lecho, su "llanura de inundación", que en Villarrubia de los Ojos llamamos "vegas". No debemos olvidar que antes de que se promulgara la ley de "Saneamiento..."de 1956* ya se habían llevado a cabo en diferentes ocasiones trabajos de profundización del cauce para evitar esos encharcamientos periódicos.

Coincide esta idea con un texto municipal de principio del siglo XX en el que dos vecinos daban cuenta de la rotura de la cibanca y la consiguiente inundación de los campos adyacentes. El paraje en el que se produjo el desbordamiento era el Horcajo, situado entre los dos primeros puentes de hierro actuales. Se avisaba del daño que podía ocasionar a las mieses y se emitió un bando para que los agricultores tomasen las medidas que consideraran oportunas.

El ayuntamiento tomó cartas en el asunto y envió a varios trabajadores para que repararan la rotura, aunque se aclaraba que, dadas las fechas, -mediados de junio-todos estaban trabajando. El coste de la reparación fue de cuarenta pesetas con cincuenta céntimos por lo que podemos estimar que la obra no fue muy grande y se reparó con unos doce o trece jornales. Es interesante el dato de la fecha porque nos aporta la visión de un río con abundante caudal bien entrado el mes de junio.

Y es que la cibanca del río Gigüela presenta la particularidad de que, debido a esas intervenciones, sobresale sobre el nivel de la llanura de inundación, a veces hasta un metro o dos. En los años finales de los sesenta y primeros de los setenta del siglo XX había algunos puntos en los que se recrecía la cibanca clavando palos y estacas y cubriéndolas con tierra, para darles más consistencia. También localizamos esta práctica en el cercano y contiguo término municipal de Arenas de san Juan.

La palabra cibanca me parece preciosa y no deberíamos dejar que desaparezca de nuestra habla. Desconozco si se usa en los pueblos surcados por este río que, a día de hoy, se encuentra en un deplorable y penoso estado de conservación mientras hay quiénes piden más agua para regar productos excedentarios.

*"Ley de 17 de julio de 1956 sobre "saneamiento y colonización de los terrenos pantanosos que se extienden inmediatos a las márgenes de los ríos Guadiana, Cigüela, Záncara y afluentes de estos dos últimos en las provincias de Ciudad Real, Toledo y Cuenca".



Dos culebras de escalera (Zamenis scalaris) hoy, 1 de septiembre de 2024, en el término de Malagón, Ciudad Real.

 Hoy, 1 de septiembre de 2024. domingo, he visto y fotografiado dos culebras de escalera (Zamenis scalaris) atropelladas en el término municipal de Malagón, Ciudad Real. Estaban a una distancia de unos tres kilómetros de distancia una de la otra. La primera se encontraba a escasos metros de un pequeño arroyo estacional. Ambas vivían en un entorno agrícola, con cereales y olivos fundamentalmente.

Me da la sensación de que estos dos atropellos están relacionados con la bajada de las temperaturas de estos días y de la ligera humidificación acontecida por las tormentas, no muy potentes en estos parajes. Uno de los ejemplares era un sub-adulto y el otro un adulto de escasa edad.


Detalle de culebra de escalera sub-adulta (Zamenis scalaris), Malagón, Ciudad Real.