viernes, 6 de septiembre de 2024

Escenas entomológicas, 66. Sobre la esfinge y tres polillas en mi casa.

 La esfinge de la lechetrezna (Hyles euphorbiae) sigue, al menos desde ayer por la mañana, en el mismo sitio. Me he dado cuenta de que hace un mes aproximadamente vi y fotografié otra en la acera de enfrente. Me pregunto si será la misma. Esta mañana me he encontrado también en el patio de mi casa una "Palpita vitrealis" que a duras penas se sujetaba al suelo para que no se la llevara el viento. En cuestión de minutos ya no estaba. Me he puesto a buscarla y me he encontrado con otro micro-lepidóptero. Al cabo de un rato he localizado la "Palpita" y me he explayado un poco, fotográficamente hablando. Me he tumbado y le he hecho algunas fotos de carnet, aunque con la ausencia de una iluminación adecuada las fotos dejen bastante que desear. Los detalles, a escasos veinte centímetros de distancia y con un objetivo macro de 60 milímetros, te revelan toda esa belleza que a simple vista pasa desapercibida.

Salgo a la calle para coger una carpeta de mi coche y veo otra polilla. Está en la acera, a escasos tres metros de mi puerta. No salgo de mi asombro. Me resulta familiar pero no recuerdo el nombre. Vuelvo rápidamente con la cámara. Tras buscarla en internet veo que es la procesionaria del pino (Thaumatopoea pityocampa). 

Y subo a mi casa entusiasmado con estas mariposas y escribo un subpoema a la "Palpita". Descubro que tiene un nombre común que no conocía, glifodes o polilla de jazmín, y que se puede convertir en plaga para los olivos y el jazmín. Y empiezo a comprender su presencia, tan cerca del jazmín de mi infancia, que plantó mi padre, que en paz descanse, hace tantos años.

Procesionaria del pino.





"Palpita vitrealis".



No hay comentarios:

Publicar un comentario