lunes, 9 de septiembre de 2024

Sobre la traída de la Virgen de la Sierra en Villarrubia de los Ojos a principios del siglo XX.

 Ayer, 8 de septiembre de 2024, domingo, se celebró en Villarrubia de los Ojos el día de la patrona, la Virgen de la Sierra. Misas a las nueve y a las doce -la función- a la que se acude media hora antes para conseguir asiento-, repique de campanas, convite de la Hermandad, procesión y traca, además de los actos festivos no religiosos y de los más espirituales, personales y familiares, de los que no se suele hablar. 

Desde este rincón quiero aportar unos detalles de unas lecturas de documentos antiguos que me parece que pueden ser interesantes.

En el mes de agosto del año 1903, como venía sucediendo desde hacía bastante tiempo, se reunieron el alcalde y algunos concejales del ayuntamiento para, entre otros asuntos, tratar de la bajada de la imagen de la Virgen de la Sierra. El cargo de primer edil recaía en el abogado don Bernardo Marín del Campo, y los concejales que asistieron a ese pleno extraordinario fueron don Vicente Redondo, don Eloy García y don Francisco Espinosa. 

Acordaron que "las tradicionales fiestas" tendrían lugar del 7 al 14 de septiembre "para honrar el Natalicio de Nuestra Patrona la Santísima Virgen de la Sierra". El traslado "procesional" se haría el 30 de agosto, a las dieciocho horas. 

La fiesta "cívico-religiosa", comprendía la llamada "Oración Sagrada desde la Cátedra del Espíritu Santo" del predicador padre Carrillo. Se estipulaba que se le abonarían los gastos del viaje y una parte de las limosnas que "conceptúe suficiente la Comisión de festejos". Igualmente se acordaba comunicar las medidas adoptadas al cura párroco, al capellán y a la camarera mayor. Además, se nombraba a un concejal para que asistiera al traslado "de tan sagrada imagen", don Francisco Espinosa, al que se le abonarían  "los gastos consiguientes".

Nos llama la atención la figura de los postulantes durante la bajada. Eran jóvenes elegidos por el ayuntamiento. Este año fueron don Juan Francisco Bastante, don Agustín Fernández-Bravo Ortiz y don Silvio Ramírez y Cid. Su misión era "postular", es decir, recolectar los fondos durante la "carrera que lleva la procesión" para aplicarse al culto de la Virgen. Ese dinero se daría al depositario, don Antonio Díaz. 

Nada más se decía en el acta de esta sesión. Posteriormente se aprobaba el gasto que se había adjudicado al representante municipal.

Lo curioso es que ese año la Virgen de la Sierra fue traída también en primavera al casco urbano, dada la difícil situación agrícola que se estaba produciendo. El 13 de abril, "lunes de pascua de resurrección" el ayuntamiento acudiría a la función llamada "Voto de Villa" al templo parroquial en lugar de hacerlo en el santuario, ya que "tan sagrada imagen" se encontraba en el pueblo. Ya en mayo, el día 24, se subió a la ermita. Desconocemos el resultado de la rogativa pero poco menos de un mes después dos vecinos dieron el aviso al ayuntamiento de la rotura de la cibanca del río Gigüela, en el sitio del Horcajo, aguas arriba del puente de la carretera de Daimiel. Es de suponer que habían llegado las tan esperadas lluvias. 

¡Felices ferias y fiestas! ¡Viva la Virgen de la Sierra!






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