domingo, 30 de agosto de 2020

Escenas entomológicas, 9: Vuelos nupciales de avispas excavadoras "Sphex" en el patio de mi casa.

 El reconocimiento de los diferentes géneros y especies de avispas es complicado. Y es que los véspidos, es decir, la familia Vespidae tiene, actualmente unas cinco mil especies. De ellas, hasta la fecha, para la península Ibérica, se conocen 162 especies, según Leopoldo Castro y Florencio Sanza.

Para la mayoría, la inmensa mayoría de las personas, las avispas no son más que una molestia, un peligro y un animal despreciable. Su picadura es dolorosa y, en algunos casos, puede generar considerables problemas de salud. De manera que el interés que despiertan estos himenópteros en el gran público es prácticamente nulo. Sin embargo cumplen su función en la Naturaleza y su conocimiento es tan importante como el de cualquier otro ser vivo. Y del conocimiento surgen la admiración, el respeto y el amor.

Es muy curioso que en prácticamente cualquier lugar podamos ver avispas, a veces de varios géneros, y que no conozcamos prácticamente ninguna. La variedad que existe en sus formas de vida, en sus nidos y en sus cuerpos es extraordinaria y, si prestamos atención podremos contemplar verdaderas maravillas de la Naturaleza, de la evolución y de la adaptación al medio. 

Así, ver como "patinan" las avispas sobre el agua, sin ir más lejos, ya tiene su interés. Pero si tenemos la suerte de poder observar como cazan algunas, como recogen alimento de las flores, como hacen sus nidos con barro, excavando o fabricando pasta de papel nos daremos cuenta de que merece la pena estudiarlas siquiera, someramente.

Avispa chaqueta amarilla o alemana "Vespula germanica" entrando en su nido subterráneo. Villarrubia de los Ojos, diciembre de 2013.

En los últimos años he visto verdaderos espectáculos sin salir de Villarrubia de los Ojos, aunque también los he podido contemplar en Ciudad Real, Daimiel, Piedrabuena, Pueblonuevo del Bullaque y Fuencaliente, todos los municipios, de la provincia de Ciudad Real. También vi algunas el año pasado en Francia.

Uno de ellos ha tenido lugar este verano, en un sorprendente y nada recóndito lugar: el patio de mi casa, en Villarrubia de los Ojos, en una calle céntrica.

Y es que una noche, cuando llegamos a casa, observé que había varias avispas bastante grandes revoloteando sobre un pequeño alambre que estaba unido a una parra, enorme y preciosa, por cierto.

Me dí cuenta de que no era ninguna de las avispas que yo conocía. Me parecía que se trataba del cortejo, o de los preparativos del mismo. Hice varias fotografías, acercándome cada vez más, probando el grado de permisividad que demostraban. No tuve problemas. Había bastantes ejemplares que parecían completamente negros y, al menos dos, quizás un poco mayores, con cierto color rojizo en la unión entre tórax y abdomen.

Al día siguiente, temprano, estaban todos los ejemplares, apiñados en el cable...y así siguieron unos diez o quince días. Temprano estaban todas las avispas muy juntas, de día no estaban y de noche volvían a estar allí.

Subí alguna fotografía a Biodiversidad Virtual y José Ignacio Pascual me las identificó como "Sphex pruinosus". Estas avispas reciben el sobrenombre de avispas excavadoras y son depredadoras de otros insectos, a los que paralizan y transportan a sus nidos.

Lo más curioso para mí es que el segundo día me volví a encontrar con la misma escena, ahora ya en el campo, en en interior de un corral de una quintería, a dos kilómetros del casco urbano, entre viñedos. 


Las tres primeras fotos de las avispas excavadoras están hechas en el casco urbano de Villarrubia de los Ojos, a primeros de julio de 2020. Se trata de "Sphex pruinosus"



Y las dos siguientes son de ejemplares de "Sphex pruinosus" en el campo, en Villarrubia de los Ojos el 11 de julio de 2020, al atardecer.







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