En el 46 aniversario de la Constitución Española de 1978 pienso en el artículo 45, el precioso, maltratado, pisoteado, ignorado, fementido, artículo que dice:
"1. Todos tienen el derecho a disfrutar de un medio ambiente adecuado para el desarrollo de la persona, así como el deber de conservarlo.
2. Los poderes públicos velarán por la utilización racional de todos los recursos naturales, con el fin de proteger y mejorar la calidad de vida y defender y restaurar el medio ambiente, apoyándose en la indispensable solidaridad colectiva.
3. Para quienes violen lo dispuesto en el apartado anterior, en los términos que la ley fije se establecerán sanciones penales o, en su caso, administrativas, así como la obligación de reparar el daño causado".
Hay quiénes hablan de "ideología fanática criminal" y se quedan tan tranquilos, sin darse cuenta de que esa "ideología" en realidad emana de nuestra carta magna y del conocimiento científico del tiempo que nos ha tocado vivir. Estas personas tienen algo bueno, a pesar de los pesares, y es su sinceridad. Otras, la mayoría, enmascaran sentimientos y formas de pensar y actuar similares, con un vocabulario actualizado y un discurso que imita al de quiénes conocen el tema en profundidad. Es una especie de mimetismo ideológico, cognoscitivo y epistemológico que consigue engañar a la inmensa mayoría que, por otra parte, "está" en otras cosas y no en la Nueva Ética del Agua, en tesis doctorales, en leyes, reales decretos, decretos, directivas europeas (¿qué es eso?) ni en agendas "veinte treinta".
Y así nos luce...la destrucción de los humedales de la Mancha Húmeda, la desecación de los Ojos del Guadiana, del río Azuer, del río Gigüela y de otras muchas lagunas. Siempre habrá una foto bonita de una puesta de sol reflejada en las aguas estancadas sacadas de un pozo, o en las aguas fecales depuradas para la ocasión. Pero ahí está el artículo 45, por si acaso alguien me llama esas cosas que tantas veces me han llamado...
(Las tres fotografías son de hoy, 6 de diciembre de 2024, viernes, en el entorno del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel y Villarrubia de los Ojos, Ciudad Real, España. Dos de cal y una de arena.)
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