miércoles, 13 de noviembre de 2024

Hemos perdido mucho con la virtualización de los periódicos y esa realidad a la que llamamos gente no se queja.

 Desde hace ya tiempo los periódicos se han virtualizado. Las ediciones en papel se han eliminado en algunos casos, como el Lanza, de Ciudad Real o reducido, como La Tribuna de Ciudad Real, que sólo imprime los días de diario y distribuye gratuitamente en la capital y, supongo, en los municipios de mayor población.  Ahora, además de la televisión y la radio tenemos las llamadas redes sociales, que de ninguna manera llegan a una parte muy importante de la población. Sorprende que bastantes personas afirman estar más informadas que nunca. Me permito desconfiar de semejante afirmación. 

Ahora se puede dar el caso de querer leer una noticia cuyo titular aparece en internet y que al comprar el periódico de tirada nacional no aparezca. O que tengas que pagar por leer una sola noticia lo mismo que por un ejemplar completo o que, lo más normal, te pidan que te suscribas a un mes, un semestre o un año. Sin contar con la insoportable ingesta de anuncios que te obligan a ir para delante y para atrás, a intentar eliminarlos y a desistir en la mayoría de las veces. Curioso en la sociedad del Conocimiento y de la llamada "Inteligencia Artificial". Curioso en una época en la que la riqueza económica podría -y debería- suponer precisamente ese acceso masivo, universal y gratuito a la información. ¡Curioso!

Hemos salido perdiendo en la mayoría de los casos. Antes te tomabas un café en un bar y podías leer varios periódicos. Había ayuntamientos que los distribuían gratuitamente en sus dependencias, en puestos de lectura, en bibliotecas públicas y colegios. La primera vez para mi fue en la plaza de Chamberí de Madrid cuando llegaron Tierno Galván y Ramón Tamames al ayuntamiento de la capital de España. 

Es más, en los colegios públicos se recibían varios a diario, incluyendo publicaciones profesionales muy interesantes Me estoy acordando de "Escuela Española", y de las revistas Vida Escolar y Cuadernos de Pedagogía. 

Eso ha pasado, preocupante y desesperanzadamente, al pozo casi inescrutable del pasado y de la Historia.

En fin, una pena, y no nos quejamos.

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